Ella nunca dudó y siempre supo que quería ser actriz. Aún cuando aceptó trabajar como modelo, Delfina Chaves (24) sabía que aquel era un medio y no un fin. Es que incursionar en el modelaje, al igual que su experimentada y conocida hermana, la modelo Paula Chaves, para ella fue recurso para poder financiar sus estudios como actriz, meta que claramente perseguía.
Y en una entrevista con el programa radial Últimos cartuchos, la actriz de Argentina, tierra de amor y venganza explicó cómo fueron aquellos inicios en el mundo del fashion.
“Con el modelaje me pasó que las campañas o fotos que hice eran porque quería plata para poder pagarme las clases de teatro y la nafta del auto, básicamente”, comentó riendo. “La verdad es que el modelaje me aburre bastante. Lo hago como un trabajo, solamente por la plata”, añadió la siempre provocadora morocha.
Entonces, buscó diferenciar lo que siente ante una propuesta actoral. “Después, me pasa con mi profesión, el teatro y todo lo demás, que lo último que pienso es en la plata. Me pasa que mi representante me pide que no diga sí de entrada para negociar el tema de la plata. Que no parezca tan desesperada”, explicó quien fuera novia de Albert Baro.
“Estuve muy peleada con este tema y me estoy amigando todavía. Yo sé que entro en los estereotipos de belleza, y hay algo ahí de querer romper con eso y sé que las marcas me llaman o usan por estar en ese canon”, contó.
“Es difícil romper con eso cuando una lo representa también. Las marcas me llaman por mi nombre, por mi laburo y lo visible que estuve el año pasado pero hay muchísimas cosas a las que le digo que no porque no me gusta lo que se vende”, finalizó la muchacha que acaba estrenar La corazonada, filme argentino producido por y para Netflix, con los protagónicos de Joaquín Furriel y Luisana Lopilato.
