Desde que dejó de ser "la pareja de", Rocío Oliva se viene ganando un lugarcito en los medios de comunicación. A una primera y tímida participación en el programa futbolero La pelota no se mancha, los domingos al mediodía en Canal 26, le sumó nuevos espacios y una posición mucho más potente.
En camino a consolidarse como nueva habitante del planeta radio y televisión (Gabriel Anello la incorporó, también, al Super Mitre deportivo) Oliva despertó el interés de los productores de Intratables, y desde hace un puñado de semanas es columnista invitada en el ciclo que lidera Fabián Doman.
Allí habla de todo: de economía, de política, de la emergencia sanitaria que causó el coronavirus, de fútbol y también, obviamente, de su ex pareja, Diego Armando Maradona, acaso el hombre más famoso y controversial del mundo en los últimos 50 años por lo menos, y cuya serie, esta semana, volvió a generar revuelo aunque sigue sin fecha de estreno.
En general, Oliva suele ser bastante medida en sus posturas. Pero esta vez se abrió, y contó algunas intimidades de cuando vivían juntos. Rocío fue la última mujer de Maradona, quien antes había tenido "mil amoríos" pero sólo dos parejas estables: Claudia Villafañe, mamá de Dalma y Gianinna, y Verónica Ojeda, con quien tiene a Diego Fernando. Com ambas mantiene largas disputas.
"Es un muy buena pregunta" dijo Ojeda cuando Diego Brancatelli quiso saber si durante la relación con el mejor jugador de todos los tiempos hubo cosas que no pudo hacer por imposición de él. Después del elogio, al que se sumó Doman con una opinión muy parecida, la rubia le respondió. Y fue categórica.
"Sí, trabajar, desarrollarme, crecer, hacer lo que me gusta" manifestó Ojeda. Y cuando Gustavo Grabia, otro de los panelistas del ciclo, le preguntó si no pudo por decisión propia, ella remarcó que "no, porque la pregunta era si no las puede hacer porque él no quería". "¿No te dejaba trabajar?" insistió Branca. "No" respondió ella.
"Diego, como quizás tantos hombres eh" aclaró Oliva. "No podría hacer lo que hago en la tele ni en la radio, ni tampoco las academias. Las academias que son algo bueno, interesante, jugar al futbol que a él le podría gustar, tampoco".
Oliva había abierto academias de fútbol para mujeres, pero la cuarentena le puso un freno al proyecto. Algún día, se supone, el aislamiento se terminará, y recién allí podrá saberse qué suerte correrá su proyecto.
DIEGO SIGUE
En cuanto a trabajo, Maradona renovó esta semana su vínculo con Gimnasia y Esgrima de La Plata, el club en el que dirige desde el tercer trimestre de 2019. La cuarentena lo favoreció: los campeonatos no se pudieron seguir jugando y la AFA suspendió los descensos por dos años.
El equipo de Diego ocupaba la última posición en la tabla de los promedios y si no la abandonaba en las 11 fechas que le quedaban a la Copa de la Superliga, el año que viene iba a jugar en segunda división. Ahora, gracias a la pandemia, zafó.
Fue una semana cargada de versiones, desencuentros, amenazas y, finalmente, continuidad. Cuando todos daban a Maradona afuera de la entidad "tripera", las partes llegaron a un acuerdo y el ex novio de Oliva seguirá siendo el entrenador "mensana", uno de los tantos apodos que tiene el club cuyo estadio es popularmente conocido como "El bosque platense".