Tuvo nombre inglés y también tuvo un hasthag, acaso el símbolo que más identifica a esta época digital y millennial. Pero no se preocupe, señora: entenderlo será más fácil de lo que parece. Y sobre todo será más sencillo que no atragantarse con el resultado si es que se le anima al desafío. Se llamó #10yearschallenge, explotó en Twitter y consistió, exactamente, en poner dos fotitos: una de 2009 y otra de 2019. El objetivo era comparar cómo estaban las personas hace una década y cómo están ahora. Fue el furor de la semana pasada en las redes sociales. Casi no hubo famoso que se resistiera a la tentación de prenderse al jueguito y a salir, lógicamente, perdiendo sin atenuantes.
Pero claro, algunos ganaron. Por ahí no en Internet, pero sí en la vida real, el “sitio” donde es mucho más importante quedarse con un triunfo. Una década atrás, las temporadas de verano encontraban a Germán Paoloski soltero y con cierto apuro por encarrilar una vida que marchaba sobre ruedas en lo profesional pero no hacía el mismo pie en el plano personal. Es recordado, aún, el sufrimiento público del periodista cuando la muchacha que le gustaba, la bella Sabrina Garciarena, parecía no llevarle el apunte y encaraba viajes por el Viejo Continente con más fines laborales que románticos. Pero pasó el tiempo. Si quieren, diez años. Y escribió su historia. Hoy, el muchacho de la eterna barbita candado y la sonrisa siempre presente ya no va solo a la playa. No. Ellos en total son cuatro. Cuatro, sí, Porque, insistidor, perseverante y sobre la hora eficaz, Paoloski finalmente conquistó el esquivo corazón de Sabrina. Son pareja hace un buen tiempo, y además tienen dos hijos. León y Beltrán, que completan una hermosa familia, mucho más divertida y ruidosa cuando llega el verano y todos van a la playa que en la ciudad.
Las vacaciones de Paoloski y Garciarena incluyeron una estadía algo prolongada en Punta del Este, donde les gusta, por ejemplo, pasar horas en la zona conocida como Punta Ballena. Allí, los chicos hicieron las delicias (y también cansaron un poco) a los padres, que jugaron con ellos y comieron un poco de arena de tantos revolcones que se dieron. “Cuando estoy con mis amores soy muy feliz”, resumió el conductor, en una frase, lo que siente cuando comparte con los suyos. Un poco antes, en una nota para Infobae, había hablado ella, Sabrina Garciarena. Y había dicho lo siguiente: “Y bueno, me casé tantas veces y escuché tanto la marcha nupcial en la ficción que ya tengo ganas de saber qué es lo que pasa con todo eso en la vida real”. Teléfono, Paoloski. ¿O habrá que esperar otros diez años para que vuelvan a ganar otro desafío?
"Somos novios", así define Garciarena
"Cuando estoy con mis amores soy muy feliz", dice Germán