Se conocieron en diciembre de 2017, y tres meses más tarde, cansados de verse a escondidas, decidieron gritar a los cuatro vientos que estaban juntos (por eso el 7 de enero festejaron 10 meses de relación “legal”). Desde el inicio de la relación hasta la actualidad, Julián Serrano (25) y Malena Narval (21) no dejaron de crecer en el amor, pero también laboralmente. Se puede decir, con las cartas sobre la mesa, que uno fue el talismán del otro. 2018 fue el año que ambos recordarán de por vida como el trampolín, como el momento en el que se consagraron y se pudieron lucir en sus respectivos trabajos.
Por un lado, Male fue una de las revelaciones de 100 días para enamorarse. La novela de Telefe se llevó todos los laureles y la actriz tuvo una cuota importante de responsabilidad para que eso sucediera. Un personaje distinto que le hizo de segunda guitarra al que compuso Maite Lanata. A eso le suma una belleza única, que muchos comparan con la de Angelina Jolie. Por otro, Julián recorrió el mismo camino, el del éxito. Apenas lo convocaron para sumarse al Bailando 2018, miró la propuesta de reojo. Podía ser una gran carta de presentación ante un público que no era el habitual, pero también podía ser la debacle y derrumbarse en esta escalada que se le presentaba.
Aceptó el desafío y le dio una bocanada de aire fresco al programa de Marcelo Tinelli. Siempre sonriente, con un lenguaje distinto, logró meterse a los padres y abuelos de los chicos que sí son su público en el bolsillo. Con Sofi Morandi se consagraron campeones, y esto les abrió la puerta grande a la fama. Tras este año de esplendor y de mucho trabajo, la pareja no lo pensó dos veces y se fue de vacaciones. El año que recién comienza seguramente los va a tener cabalgando de la misma manera que el anterior. Por este motivo, es mejor recargar energías para lo que viene.
¡Amor mexicano! Luego de pasar por Mar del Plata y disfrutar de la Costa Atlántica, con la agenda acomodada, los chicos armaron las valijas y volaron rumbo a México, a disfrutar de las playas de la Riviera Maya, y ese clima caribeño los enamoró más de lo que estaban. Las postales románticas se multiplicaron. Los mimos y besos estuvieron a la orden del día. Los platos de comida también fueron parte de la grata estadía, pero con una salvedad; mientras que Julián aprovechaba los platos contundentes, su novia decidió medirse con los alimentos.
En Playa del Carmen, más allá de hacer playa y tomar un poco de sol para estar a tono con el resto de los turistas, no dudaron en salir a recorrer la noche y contemplar las distintas atracciones. Los bares y boliches no fueron la excepción. “Amo el Caribe por la paz y porque es tan hermoso… por eso vengo cada vez que puedo. No conozco Europa porque siempre elijo venir a México”, contó Serrano. Por su parte, Male no paró de demostrarle su amor en cada oportunidad que se le presentaba. “De él me gusta su humor, esa capacidad de transmitir alegría todo el tiempo, eso me enamoró y por eso lo elegí”.
Malena y Julián, vacaciones a la mexicana
Malena y Julián, vacaciones a la mexicana
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