Esta semana semana, Cristina Pérez alcanzó notoriedad por una discusión que mantuvo con el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, a quien le cuestionó la decisión de expropiar Vicentín, una empresa quebrada por sus dueños y con una gran deuda con el Banco Nación.
Durante esa cruce, el presidente le pidió a la periodista que leyera “la Constitución y la Ley de Expropiaciones” antes de hacer análisis erróneos con una clara intencionalidad política.
Horas atrás, Pérez habló sobre esa discusión en la editorial que hizo en su programa de Radio Mitre. Allí, dijo que había notado en el presidente una actitud intolerante y lo chicaneó al decir que no sabía si había hablado con “Alberto Fernández o Aníbal Fernández” por su actitud confrontativa.
La conductora también dijo que se topó con una "versión radicalizada" del presidente y consideró que la forma en que la trató estuvo atravesada por el machismo. “No le importa guardar las formas no solo ante una mujer, sino ante una audiencia", consideró.
Luego, Cristina insistió con que el presidente, pese a ser abogado y profesor de Derecho en la U.B.A., ignoraba la Constitución. "El que tiene que leer la Constitución es el presidente; es incorrecto lo que me respondió y no lo digo yo, sino que lo dijeron abogados y constitucionalistas que son expertos en el tema. Me da pena que se haya transformado en una especie de pelea en el barro por forzar una respuesta a sabiendas de decir algo que no era correcto", consideró.
La periodista aseguró que se sintió humillada por Alberto y que fue víctima de una "violencia totalmente feroz ejercida contra una mujer por gente que suele hablar del género como si fueran los defensores de las mujeres del mundo".
Por último, Cristina comparó Alberto con Cristina Kirchner. "Siento que nos está gobernando Cristina y no Alberto, y le pido que reasuma. Tiene que tomar una decisión existencial: si es presidencia o es el delegado de Cristina Kirchner y su radicalización", expresó.
El planteo de Alberto
Ante el cuestionamiento de Cristina Pérez por la expropiación a la que consideró una violación a la propiedad privada, Alberto le había explicado: "Nosotros no estamos expropiando un empresa que funciona maravillosamente bien. Se trata de una empresa que ha caído en concurso preventivo acusada de una serie de maniobras que han hecho un enorme daño al sector cerealero".
El presidente también había informado que el proyecto de expropiación sería enviado al Congreso. "Si alguien tiene una alternativa estoy dispuesto a escucharla. Yo lo que quiero es lo mejor para el futuro de esa empresa y de la economía argentina", aclarando que serían los representantes votados por el pueblo los encargados de aprobar o rechazar la expropiación y no los poderes fácticos representados por los medios de comunicación dominantes.
