No la tuvo fácil. La actriz y mediática tuvo que hacerles frente a pérdidas importantes y a bajones anímicos contundentes. Hasta hace poco, algunos todavía estaban preocupados por su estado de salud, pero Nazarena Vélez (44) volvió a recobrar su brillo. No porque necesariamente tenga que tener un hombre al lado para encontrarse plena, sino porque en medio de las peleas mediáticas que protagonizó con la familia Bal, encontró un oasis de alegría. Un compañero, como ella misma aseguró, que estuvo en momentos complicados: "Me acompañó un montón con todo lo que me pasó al principio de la temporada. Es re buen compañero y un pibe muy de barrio que trabaja hace muchos años en el medio, da pasos firmes y es muy copado", describió Nazarena a su nuevo amor. A Naza se la escucha entusiasmada como hace rato no sucedía, y su temporada en La Feliz le trajo un regalo impensado: “Yo vine a pasarla bien a Mar del Plata, no sabía qué tan bien pero la estoy pasando mejor de lo que pensaba. Vine a pasarla con mis hijos y esto me sorprendió, y está buenísimo. Estoy muy bien. Es la primera vez que estoy tan contenta", reconoció.
El pibe. El responsable de este nuevo estado de la actriz es Santiago Cataño (37), con quien comparte elenco en la obra que encabeza en Mar del Plata, Verdades mentirosas. Según la propia protagonista relató, la historia de amor comenzó hace apenas un mes, pero lo tenían bien guardadito. "No pasó nada entre bambalinas, por eso no se filtró. En el teatro prácticamente no tengo relación con él arriba del escenario, sólo dos o tres escenas nada más. El juega todo el tiempo con Adriana (Salgueiro). Yo la jodía: `Cómo se nota que sos la mujer del productor, que te pones el chape con Tito (Speranza)y Santiago, ¡y a mí me tocó Beto César! Sos una copada´", relató entre risas Nazarena.
Además, reveló algunos detalles en referencia a cuáles fueron las estrategias de Santiago para llamar su atención y conquistarla. “Lo que puedo decir es que me traía todos los días –y lo sigue haciendo– un regalo. Un chupetín, un osito, unas pulseritas, que a mí me gustan mucho. Son detalles, y él es un divino, un sol". También destacó la sencillez y humildad de su flamante novio. "Es muy copado, cero creído. Anda en bondi y en bici, es de Avellaneda y yo soy de Quilmes, tenemos un montón de cosas en común. Está a días de cumplir 37 años y es un bombón”. ¿Cómo fue el primer beso? Casi una escena cinematográfica: "Me invitó a tomar unas cervezas al lado del mar. Fuimos en camioneta y estaba lloviendo. Yo estaba manejando en pijama, y a dos cuadras de la playa se largó a llover y ahí nos dimos un beso".
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