Pasó una semana y media de la noticia más impactante que haya recibido Pablo Cabalerio, conocido popularmente como El mago sin dientes. El 21 de julio, por la mañana, Ana María Patricelli, su novia, fue hallada muerta en un departamento de Palermo.
Desde entonces, el carismático personaje mediático transitó largas y difíciles horas. No solo porque tuvo que despedir a la mujer con la que compartió su último año sino en las circunstancias en la que eso ocurrió: en pandemia de Covid 19 y por una muerte que no fue natural.
Además, si bien la carátula de la causa fue presentada, en un primer momento, como suicidio, la justicia decidió que había que investigar el fallecimiento. Y en el medio de todo eso Pablo transitó, de la mejor forma que encontró, los constantes requerimientos de la prensa, al tratarse de una persona pública.
"Voy a esperar un tiempito porque esto es muy reciente...", explicó Pablo sobre su silencio a partir de la muerte de su novia.
Los días fueron pasando, el primer impacto también pero para Cabalerio el dolor sigue tan latente como en la primera instancia. Puertas adentro de su casa, en la zona de Avellaneda, donde comparte bajo el mismo techo con su mamá, adulta mayor que está bajo su cuidado, Pablo se apoya en la contención de sus amigos.
UN MES DE CONVIVENCIA EN MAR DEL PLATA
Con ellos se desahoga, hace catarsis y les cuenta cómo transita esta primera etapa del duelo, por los que siente muy acompañado, a sabiendas de que es una herida que lo acompañará para siempre, pase el tiempo que pase y haya logrado, con mucho esfuerzo, reconstruir su vida.
"Estamos pasando toda la familia el duelo", compartió Cabaleiro.
En diálogo con Paparazzi, fiel a su estilo respetuoso con la prensa, el Mago habló sobre su presente. “Hola Noelia. Te entiendo porque es tu trabajo (en respuesta a la inquietud de consultarle como está). Voy a esperar un tiempito porque esto fue muy reciente (para hablar sobre todo lo que vivió en sus últimos tiempos). Estoy muy triste”, se sinceró Cabaleiro, a corazón abierto.
“Estamos pasando el duelo con toda la familia. Espero, puedas entender y gracias por respetarme…”, expresó Pablo, de forma escrita. Porque si bien no había llegado a convivir con Ana -salvo una breve experiencia durante enero, en Mar del Plata– a ella y su familia, también la consideraba parte de la suya.
"Estoy muy triste...", reconoció Pablo, a corazón abierto
