En noviembre del año pasado, Pampita causó un sinfín de lecturas con su casamiento con Roberto García Moritán. Los debates se atiborraron respecto a la extrema velocidad entre la formalización de la pareja al paso por el altar. Muchos consideraban que prácticamente no se conocían como para firmar en el registro civil.
Claro que después, con el transcurso de los meses, Carolina y Roberto lucieron muy sólidos, como un bloque amalgamado. Aunque, siempre quedó instalada la duda. Por eso llamó la atención las declaraciones del empresario, en diálogo con Guillermo Mazzuca.
En esa charla, García Moritán repasó toda la historia de amor con Pampita, el origen cero, ese punto en el que se cristalizó desde un pensamiento, un deseo a empezar a hablar con una de las mujeres más lindas del país. En ese sentido, develó los primeros contactos: “Le escribí desde Perú y empezamos a estar en contacto, y esa posibilidad de conocernos más allá de lo físico fue fantástica porque no teníamos la posibilidad de tomar un café ni de mirarnos a los ojos, era 100% tratar de contar y describir cómo éramos, tratar de compartir ideas y sueños”.
"Sí, nos casamos muy rápido", reconoció García Moritán.
En la continuidad de ese relato, Roberto se sumergió en esa etapa previa a verse cara a cara. “Arrancamos escribiéndonos y a los tres o cuatro días pasamos a hablar por teléfono unas tres o cuatro horas todas las noches, y al final ya era con cámara, por FaceTime. Pero ese encontrarnos desde un lugar totalmente diferente estuvo bueno, porque conectamos desde otro lugar que no tiene nada que ver ni con la piel ni con el aspecto”, contó.
Ya en el sendero de abordar el casamiento, el gastronómico develó el flechazo: “Eso nos permitió entender y medirnos desde un lugar mucho más maduro y racional. Y la realidad es que nos dimos cuenta de qué teníamos muchos proyectos en común, de que éramos muy parecidos y eso hizo que se acortaran mucho los caminos”.
"Es verdad que ya sabíamos que habíamos pasado los filtros y que éramos el uno para el otro", sostuvo Roberto.
Nadie se imaginaba que Roberto se animaría a aceptar le premura de tomar las nupcias con Pampita, pero lo dijo. “Sí, nos casamos muy rápido”, tiró, una frase muy fuerte, aunque después aclaró: “Desde el primer momento en que nos vimos (el 29 de julio del año pasado en un lugar en el que le cociné lejos de curiosos) no nos pudimos separar”.
En busca de corregir esa aceptación, García Moritán maquilló: “Pero también es verdad que nosotros ya sabíamos que habíamos pasado todos los filtros, éramos el uno para el otro. Después todo el camino fue muy fácil”.
