Fue un momento tenso. Muy sorpresivo y muy nervioso. Cuando a la emisión de LAM todavía le quedaban 10 minutos, Angel De Brito se fue del aire sin despedirse. En ese momento, las versiones explotaron. Decían, casi a coro, que se había enojado con algo que sucedió detrás de cámaras.
Al ratito regresó a escena, y sin mediar palabra dijo "volví porque me olvidé el mate". Después, condujo los dos o tres minutos que quedaban y se despidió como todos los días. Una de las invitadas, Miriam Lanzoni, lo recibió con un "qué miedo que me agarró", y como no le dijo nada las sospechas de un conflicto se multiplicaron.
Al resto de los invitados (tres de los panelistas de La Jaula de la moda, Fabián Medina Flores, Claudio Cossano y Mariano Caprarola) y a todas las angelitas les pasó exactamente lo mismo. Quedaron con cara de "¿y ahora qué hacemos?" cuando el popular "Angelito" se sacó el micrófono de encima y solamente dijo "chau, me voy, me voy, los dejo a ustedes tranquilos".
Unos segundos antes, Yanina Latorre había dicho "esto no es una peluquería" cuando Caprarola le pidió que le contara las últimas novedades de Laurita y Cabré. "¿Es verdad que se están construyendo una mansión?" quiso saber el especialista en moda. Cuando todos empezaron a hablar al mismo tiempo, se escuchó un "shhhhh" que inundó el estudio: era De Brito, ya molesto, pidiendo que se hiciera silencio.
Pero las voces se repitieron, y el conductor abandonó la conducción del programa, algo que no suele hacer. Si algo se le reconoce a De Brito, además de la buena info que maneja, es su responsabilidad para cumplir con cada obligación laboral. Ni la pandemia pudo detenerlo: tras regresar de un viaje de vacaciones y cumplir con las estrictas dos semanas de vacaciones, se reintegró a la conducción del ciclo y no la dejó ni cuando no había nadie en la calle.
Ante el estupor y el desconcierto general, Caprarola atinó a decir "alguna de ustedes que se haga cargo de la conducción". Andrea Taboada le hizo caso y agarró la batuta. La tertulia siguió como si nada hubiera pasado, aunque en el aire estaba flotando la sensación del escándalo inminente.
Siete minutos más tarde, De Brito volvió a pasar como quien se reconoce dueño de casa; sin dar explicaciones de sus misteriosos movimientos. Continuaron las sonrisas, Lanzoni dijo lo suyo, le hizo un par de regalos y... ¿Aquí no ha pasado nada?
"Volví porque me olvidé el mate" dijo Angel. No fue una frase desubicada en ese contexto. Un ratito antes, había tenido una actitud... de termo.
