Ante la consigna sobre “Los que un día entendieron que hay que disfrutar de la vida porque la vida es una sola”, Fede Bal consultó: ¿Tenés tiempo?
“Hace poquito tuve una enfermedad, un cáncer. Me gusta llamarlo. Hay que ponerle título a la enfermedad. Es cáncer de colon. Lo tuvo mi abuelo, mi viejo. El primer paso es ponerle un nombre. El cáncer de colon es la enfermedad que más mata personas en el mundo”, comenzó.
“Yo venía de hacer una temporada. Yo era un tipo muy ambicioso. Quería un casa, una pileta… y me di cuenta que si no tenes salud, no tenés nada. La gente que está viendo este programa, sin no es feliz, tiene que hacer algo para cambiarlo”, alertó.
“Yo sé que la vida es durísima, este virus que se está llevando a nuestros abuelos es muy duro. Yo me enfrente con una pared muy grande. Lo estaba haciendo mal. Yo pensaba que lo importante era ser tapa de una revista ¿Qué es esa felicidad? Qué al revés vivía todo. Vivía pendiente en la tele a ver si hablaban mal de mí. Hoy no tengo cable, relexionó”.
“Nunca tuve miedo a morirme. Tuve miedo a que la vida no me permita vivir como se debe. Sentí que tenía muchas cosas para decir. No quería dejar sola a mi vieja, los consejos de mi papá hubiesen sido claves. A mi papá le pasó a los 40. Es muy importante los estudios a tiempo. Tuve muy pocos síntomas. Iba al baño y a veces tenía un poco de sangre. Una endoscopía es rápida y no hay que tenerlo miedo al saber. Pensaba en mis viejos, en mis amigos, en mi perro, en las deudas que estaba dejando, contó Bal emocionado”.
“Me fui de 15 grupos de Whatsapp. Llamé mucho a ex novias y pedí disculpas por si alguna vez les hice mal. Les dije mucho a mis amigos que los amaba. Les hice un asado a todos y les dije que tenía cáncer. Fue uno de los momentos más raros de mi vida, ninguno sabía qué hacer. Los abracé y les dije que vomitaba las palabras. Les dije ‘Te amo’”, relató conmocionado. “Me sentí abrazado, me sentí querido. Lizy me escribía y me hacía reír. Me sentí apoyado. Me dijeron que tenía un 30% de salir bien”, contó el hijo de Carmen Barbieri.
Se quebró al hablar de su mamá: “Necesito que ella sea ella. Necesito que se deje de ocupar de mí. Le salió una fuerza de adentro. Las cosas son por algo. Ahora me siento muy bien. No tengo espacio para estar triste, no hay días grises. No me quejo de nada, no me quejo del dolor de espalda, porque me duele la espalda, pero dolor es otra cosa”, cerró reflexivo Fede Bal.