Acompáñame a ver esta triste historia: en un puñado de horas, Romina Malaspina se convirtió en la persona menos querida de Twitter. ¿Por qué? Sencillo: un joven streamer le preguntó cuántos likes necesitaba para que ella aceptara una salida con él. "Un millón" desafió la conductora de Canal 26. Parecía imposible, pero el pibe hizo campaña, su pedido de ayuda se viralizó y llegó nomás a la cifra requerida, pero Malaspina dio marcha atrás y no cumplirá con su palabra. "Si querés, lo hacemos de manera virtual" se excusó ella, antes de estirar su pedido a "20 millones de likes". La red social se transformó en un hervidero contra la modelo.
La práctica se puso de moda sobre todo en Tik Tok: por ejemplo, un chico o una muchacha la preguntan al padre, a la madre o a ambos "¿Cuántos likes para que me compres esto, o lo otro?", los padres ponen una cifra y ese usuario "pide ayuda" a los demás para alcanzar el número requerido y así obtener lo que pretenden.
Algo así hizo Nicolás Odetti, un joven músico y stramer conocido como Oscu al que le gusta mucho Romina Malaspina. El pibe, de 20 años, se tiró un lance. Le preguntó a la modelo cuántos "likes" necesitaba para que salieran. Ella no se anduvo con vueltas: le pidió 1 millón de "me gustas".
Oscu, un jóven músico, le preguntó "cuantos likes necesitaba" para salir con ella, Malaspina le contestó "un millón", él los consiguió y ella se fue para atrás. Los usuarios.
Semejante cantidad hubiera asustado a cualquiera, pero no amedrentó a Oscu, cuyo pedido se fue multiplicando a fuerza de "retuits" y en cuestión de horas se volvió causa nacional en las redes sociales. En menos de un día ocurrió el milagro. Odetti tuvo su "millón de likes" y entró en contacto con Malaspina para arreglar la salida. La respuesta de la rubia enfureció a (casi) todos.
"No podemos romper los protocolos, hay una pandemia" argumentó Romina, visiblemente nerviosa y quizás "arrepentida" de lo que había hecho. "Lo que te propongo es un encuentro virtual, por stream" se echó para atrás. "Igual, nunca te dije que íbamos a ser novios eh, eso que quede claro" se atajó la rubia, quien después multiplicó por 20 sus pretensiones. "No se, si querés hacemos 20 millones de likes para.... No, mejor tengamos primero una charla, ¿Si?". En un momento, Malaspina hasta pareció asustada.
Pero las redes, con su habitual contundencia, no le perdonaron lo que consideraron "una falta a la palabra" y "algo que no se hace" a la actitud de Romina. Y eso los más educados. Para la enorme mayoría (tanto ella como Oscu fueron tendencia en Twitter por unas cuantas horas) se trató de un acto que la pinta de cuerpo entero y que habla de su "falta de códigos". "Aunque sea andá con una amiga, o con los padres de él, pero tenés que cumplir" fue una frase que se generalizó.
De la noche a la mañana, Malaspina se transformó en una de las grandes protagonistas de la temporada 2020. Tras pasar un largo tiempo alejada de los medios (fue participante en un Gran Hermano) su incorporación a Canal 26 como conductora de un noticiero multiplicó por 1.000 su popularidad y su aparición en los grandes titulares de la prensa.
Más que por su estilo de conducción, por otras circunstancias: su osada vestimenta, sus peleas con Sol Pérez, su silencioso enfrentamiento con Celeste Muriega (que se terminó yendo a Crónica TV), las fotos donde apareció en la cama del rapero Ecko, el accidente en el que destruyó su camioneta de alta gama y el departamento a todo trapo que ocupa en Avenida del Libertador le valieron mucho centimetraje mediático.
Ninguna de esas acciones, en cambio, le significó tanto rechazó como lo que hizo con Oscu.
