¡No es lo que parece! Una frase que se exclamó en decenas de miles de oportunidades, en un contexto de parejas que se toparon con el otro miembro en una situación comprometida. Una frase que se utilizó hasta el hartazgo en shows humorísticos.
Claro que nadie se imaginaba que esas mismas palabras las exteriorizó Oscar Mediavilla a Patricia Sosa. Una pareja que luce sólida, que atravesó las piedras de un lapso de separación y que siempre se exhiben amorosos. No obstante, eso sucedió y fue el propio productor musical quien lo confirmó.
¿Qué pasó Oscar? El jurado del Cantando se animó a revelar una experiencia muy peculiar, con algunos grises, de cómo su esposa lo encontró rodeado de cinco mujeres en un ascensor, y con alguna de ellas semidesnuda.
"Estaba en un ascensor con cinco rusas, se abrió la puerta y estaba Patricia. Le dije ‘escuchá no es lo que ves, no las conozco a las pibas’", contó Oscar.
Mediavilla visitó el piso de LAM, este jueves, y rebobinó en el pasado para contar una anécdota tremenda, que tiene un final increíble. “Estaba en Moscú, me quedé con un ruso hablando en un hotel, tomábamos vodka. La gente se empezó a ir, me quedé con el tipo solo, el vodka te mata. El tipo se fue, así que me levanté y se me movía todo. Despacito, agarrado de las paredes, no sabía en qué piso estaba”, arrancó.
Lo mejor estaba por venir, o lo más jugoso de la historia. “Me subí al ascensor, apostaba que era el piso 6, apreté el botón y el siguiente piso se subieron cinco chicas que trabajaban en el hotel. Me vieron a mi, empezaron a sacarse la ropa una, me tocaban, yo estaba totalmente borracho”, agregó, mientras Yanina Latorre gritaba que no le creía.
"Estaba totalmente borracho, no sabía en qué piso estaba mi habitación", develó Mediavilla.
Y el punto decisivo de la vivencia, el gran problema, la confrontación determinante. “Se abrió la puerta en el piso 6 y estaba Patricia. Me gritó ‘Andate a la …’. Le dije ‘escuchá no es lo que ves, no las conozco a las pibas’. Pero se fue”, detalló.
Todo terminó con Oscar golpeando puertas sin detectar cuál era la suya y durmiendo con un compañero de banda, mientras su mujer estaba enfurecida. Evidentemente, lo perdonó.