La vida de Karina La Princesita es un tobogán de emociones. De un lado, el laboral, vive uno de sus mejores momentos con el Cantando 2020, que conducen Angel de Brito y Laurita Fernández. Pero la vida personal sigue teniendo sombras: hace unos días, Sol, su hija con El Polaco, tuiteó un mensaje supuestamente dirigido a Valeria Aquino, que decía: “¿Querés que te diga lo que es el desprecio? ¿Justo vos vas a hablar de falta de respeto?”, encendiendo todas las alarmas de todo un escándalo familiar.
Para no hacerla entrar en zona de rieso por la pandemia y porque tiene mucho trabajo, la cantante tropical tiene que estar lejos de su hija por estos días, quien vive con su papá, quien si se contagió de Covid-19. Y, en el Día de la Madre, a la jurado del Cantando se le juntaron las emociones.
“El esfuerzo hay que valorarlo. Te pueden dar poco o mucho, pero hay que agradecer. La vida de mi hija gracias a Dios que es distinta", dijo Karina.
Tras un emotivo homenaje que le hicieron a todas en el trece, Karina se emocionó y lo expresó: “Me emocioné. La parte donde se ve a la madre hablando con la hija por el acrílico es fuerte porque saca un momento que nos identifica a todos”, dijo en charla con El nueve.
En esa línea de diálogo con el notero de Hay que ver, La Princesita contó que “tengo un vínculo con mi mamá y mi hija hermoso”. Pero cuando quería seguir la frase, en medio de la charla, se quebró y lanzó: “Uno está acá tratando de entretener a la gente. El artista necesita el aplauso. Por estar, por hacer lo que sabemos y dar alegría".
Sobre su pasado y la importancia de su mamá, Karina La Princesita comentó: “Creo que la historia de mi vieja identifica a un montón de mujeres que la pelean solas, que se rompieron el traste por darle lo mejor a sus hijos aunque no haya sido suficiente para ella. Quizás para nosotros tampoco era suficiente”, sugirió.
"En mi caso puedo devolverle a ella el triple de lo que me dio y, sin embargo, no alcanza para decirle gracias”, cerró La Princesita.
Y completó: “A mí me daba vergüenza lo que vivíamos. Me daba vergüenza que no teníamos una casa, me daba vergüenza que laburaba a los 12 años. Cosas que escondía y hoy las digo con orgullo porque cuando uno crece entiende el esfuerzo de los padres”.
Entre lágrimas y recuerdos, la jurado del Cantando finalizó: “El esfuerzo hay que valorarlo. Te pueden dar poco o mucho, pero hay que agradecer. La vida de mi hija gracias a Dios que es distinta. En mi caso puedo devolverle a ella el triple de lo que me dio y, sin embargo, no alcanza para decirle gracias”.