Belu Lucius (33) se coló en la vida de la gente a través de la pantalla chica ¡y la está rompiendo! Cuando la influenecer llegó a MasterChef Celebrity no todo el público sabía quién era. Sin embargo, con su personalidad, ella se encargó de encantar al público.
Algunos la vieron actuar en Chueco en línea, la mini serie que protagonizó Adrián Suar por Cablevisión, y comprendieron lo que hacía. Es que allí interpretaba –junto a Darío Barassi- a una influencer, entendida en redes, que ayudaba a Adrián a potenciar su imagen en el mundo 3.0.
Ahora, con su participación en el reality de Telefe, posicionado como el más visto del prime time, la actriz llegó a la vida de más gente que se divierte con su manera de ser, fresca y espontánea.
Sin embargo, ¿Belu Lucius siempre se ganó la vida como actriz e influencer? La respuesta es no. Antes de estallar en las redes, donde tiene 2 millones de seguidores y de llegar a la televisión, María Belén, tal su nombre de nacimiento, trabajó en la empresa familiar.
Pero el mundo de la cocina ya estaba metido en su vida y lo demuestra con su participación en el programa de cocina. Las recetas árabes, como parte de un legado familiar, son sus preferidas. Pero además, ella tuvo otras incursiones en el mundo gastronómico: tuvo su emprendimiento de Foodtruck junto a su esposo, el Puma Javier Ortega Desio, y ¿trabajó en una dietética?
“¿Lo puedo tocar? No lo voy a probar porque esto debe tener un gusto horroroso”, dijo Belu.
No se sabe a ciencia cierta si pasó tiempo en una dietética, lo que sí es seguro es que tiene una gran habilidad. Ella puede darse cuenta oliendo, mirando y tocando cuáles son las especias o apenas alzando un paquete adivinar su peso.
Se sometió a esa prueba, ¡y la rompió! “¿Lo puedo tocar? No lo voy a probar porque esto debe tener un gusto horroroso”, avisó con los ojos cerrados. “¡Cúrcuma!”, gritó después. “Voy a adivinar cuánto pan rallado hay: Acá hay 1.100 kg.”, dijo muy suelta de cuerpo. Al comprobar que había exactamente esa cantidad, celebró bailando y cantando. Toda una entendida.