Justo él, que todos consideran una especie de dios en la tierra, se conectó en el último tiempo con la fe. Diego Maradona dispuso de un vínculo oscilante con la iglesia, ha llegado a criticar la opulencia excesiva del vaticano, así como se acercó mucho al Papa Francisco.
El astro experimentó una cercanía en los últimos meses con la religión, motorizado -según cuentan- en el recuerdo de su madre Doña Tota, que era una creyente ferviente. El sacerdote Gustavo Rubio develó en una entrevista radial que Diego lo llamó y que compartieron momentos muy fuertes, como una confesión íntima, a fines del 2019.
"Me emocionó mucho verlo pequeño con esta necesidad de decir ‘quiero paz’, para estar bien y vivir la vida", contó el sacerdote.
Relata la historia que Maradona lo convocó para bendecir a Gimnasia La Plata, el plantel y también a él. “Pensé que pidió que me llamaran para sacar la “mufa” del club, pero me equivoqué. Me sorprendió lo que me dijo cuando nos encontramos, me pidió que bendijera de parte de Dios a todo el equipo, pero en especial a él para su vida, para lo que viviera de ahí en adelante", narró el parroco en diálogo con Radio 10.
En la continuidad del detalle de aquel encuentro, Gustavo aseguró que lo confesó. "Él nos recibió y me llevó aparte, donde charlamos solos. Le di el sacramento y lo bendije. Después hice lo mismo con Estancia Chica y los equipos", compartió.
Emocionado al recordar ese momento de introspección con el máximo deportista del planeta, el sacerdote describió sus sensaciones. Además realizó una confesión increíble, que refiere al estado del ídolo y a su pedido más profundo: "Para mí fue muy fuerte. Maradona es tan grande como persona, como jugador. Realmente me emocionó mucho verlo pequeño con esta necesidad de decir ‘quiero paz’, para estar bien y vivir la vida".
El sacerdote también relató la reacción de Diego al divisar la unción de los enfermos: "Me dijo ‘uy, el aceitito’. Me contó que su mamá, Doña Tota, cuando la vida se le ponía muy dura, ella iba a la parroquia y el cura le daba ‘el aceitito’ para salir adelante. Se emocionó mucho. Le di la unción. Me dijo que estaba muy agradecido con la vida, con Gimnasia y que lo único que él quería era paz".
"Me dijo que estaba muy agradecido con la vida, con Gimnasia y que lo único que él quería era paz", develó Gustavo.
Al culminar con su recuerdo de esa tarde especial con el astro, Gustavo ratificó que Doña Tota se erigió en un factor decisivo para el acercamiento con la fe. “Me contó que la vuelta a la Iglesia estuvo inspirada por la vida y la fe de su madre. Una de las cosas que aprendió de ellas fue la fe sencilla, simple, y que la quería poner en práctica. Doña Tota era muy religiosa y ponía todo ‘en manos de Dios’, según decía él. Le daba cátedra de la vida religiosa a sus hijos", concluyó.
