El comienzo de MasterChef Celebrity Argentina llegó de la mano de una época complicada a causa de la cuarentena obligatoria y la pandemia que acecha al mundo. Muchos fueron los dueños de casa que comenzaron a elaborar platos novedosos y a probar sus talentos en el arte culinario, y se vieron reflejados en la cocina y en los percances de los famosos.
Sin embargo, con el paso de las galas se fueron creando bandos, y especialmente en las redes sociales se armaron grupos de fanáticos que defienden a su participante favorito a capa y espada.
Pero desde el punto de vista del jurado, el premio o el reto pasa íntegramente por la elaboración de la comida y el desafío de la noche y no por lo que diga, opine o actúe el famoso en cuestión.
Es por eso, que en una charla con Radio Mitre, Donato De Santis, uno de los principales críticos del certamen junto a Germán Martitegui y Damián Betular, expresó su disconformidad con el fanatismo violento de algunos espectadores: “El éxito de Masterchef lo vivo bien pero a veces con un poco de tristeza. Mucha gente se toma a pecho un programa de televisión. Este asunto de la grieta, el amigo, el que tiene que ganar, el que tiene que perder. Es un programa de entretenimiento. Más allá de que una persona pueda ser simpática o antipática, no es un concurso de personalidad, es un concurso de cocina".
Y defendiendo las observaciones y elecciones de los chefs, aclaró: “Mejor plato gana, peor plato sale. Si hay dos platos feos iguales, se tienen en cuenta otras cosas. Pero si el plato no está rico por distintos factores que cambian todo el tiempo, tratamos de entretener”.
"Mucha gente se toma a pecho un programa de televisión. Este asunto de la grieta, el amigo, el que tiene que ganar, el que tiene que perder... Es un programa de entretenimiento"
Por otro lado, Donato reveló que quienes mejor se adaptaron al formato fueron los de menor edad: “La masa joven está muy interesada. Y son los que más entienden la situación más allá de mensajes inventados. Es un poco divertirse y ver como crecen los participantes. Sentimos que hay familias que se juntan para ver que pasa hoy”.
Para concluir su observación, utilizó fuertes ejemplos y explicó cuál es la verdadera esencia del ciclo: “La gente quiere ver sangre y no es así, es un programa de cocina y la devolución de sus comidas es el corazón del programa y no castigar a la persona que dijo una barbaridad".
