Predisponerse ante la mirada ajena para auscultar en el rendimiento propio engloba una dificultad, una tensión y una vía plausible a recibir un dictamen doloroso. MasterChef no solo entretiene y genera picos de rating, también posiciona a los participantes a situaciones incómodas.
Leticia Siciliani experimentó un episodio peculiar el domingo, en la gala de eliminación, cuando Germán Martitegui se dirigió con términos fuertes. Tal el grado de la situación, que la actriz no logró controlar sus emociones y su rostro se inundó con lágrimas.
“El entusiasmo es un condimento importante. Te preguntan '¿Qué pasa hoy si salís del certamen?', y vos decís 'Mi vida sigue igual'. El entusiasmo es muy importante. Por qué estás acá, qué querés lograr, tiene que ser muy importante para vos. Porque es muy importante darle eso a alguien que realmente tenga ganas de tenerlo", le espetó el chef a Siciliani.
"Me hincharon las bolas", manifestó Siciliani sobre la crítica de Martitegui.
Con la angustia borboteando en su interior, Leticia le respondió: “Yo estoy feliz de estar acá, me da pena no poder transmitírselo. Por eso me angustio". Tensión en estado puro.
Todo este encontronazo se abordó en Flor de equipo, donde la hermana de Griselda visitó el living y se prestó al diálogo. Marcelo Polino aprovechó la presencia para ir directo al hueso y le dijo: "Anoche tuviste una noche muy complicada con el jurado".
Repentina, sin filtros, Leticia respondió con vehemencia y bramó: "Me hincharon las bolas". Una definición cruda, pero que retrató el estado anímico de la participante. Pero no todo quedó ahí, porque la actriz relató otras cuestiones que la aquejan.
"Yo me voy re angustiada a mi casa, es fuerte el reality. Es otro mundo", develó Leticia.
A pesar de la exposición, la oportunidad laboral, la visibilidad, MasterChef también le provoca sensaciones agrias a Leticia, que explicó: “Yo me voy re angustiada a mi casa... No lo padezco, estoy súper feliz y agradecida, pero es fuerte (el reality). Es otro mundo".
