El debut del Bailando 2019 trajo consigo una de las primeras polémicas. Todo comenzó cuando uno de los integrantes del BAR, Flavio Mendoza, opinó sobre el aspecto físico de Federico Bal. En vez de juzgar la coreografía que el joven interpretó junto a Lourdes Sánchez, no dudó en hacer referencia a su peso.
"Me parece que el problema acá lo tiene el caballero. Creo que está 10 kilos arriba. Por ahí, cuando uno está fuera de training, cuesta mucho más. Más que excedido es como que uno se deja y volver es difícil", expresó, para sorpresa de todos, Flavio. Claramente, sus dichos lo pusieron en el centro de la escena e hicieron que cosechara más de una crítica.
Lejos de enojarse o mostrarse dolido, el joven charló con Los ángeles de la mañana y reveló que se tomó "a bien" el comentario del coreógrafo. "No sé si tengo que bajar diez, me parece que es mucho. Para estar tallado como él tengo que hacer una vida que no hago. Yo me dedico a hacer un asadito, no sé si él hace un asado. Somos dos personas distintas”, comenzó diciendo.
Sin ganas de querer confrontar con Flavio, Federico pidió que no hicieran una pelea de una "crítica constructiva". "No me voy a poner el cartel de 'los gordos también podemos ser felices'. No me mandó a adelgazar, me vio un poco pesado y es una crítica constructiva. No hagamos una pelea, esto recién empieza", explicó.
Antes de cerrar, el joven dejó muy en claro que no le presta suma atención a su figura y que no desea tener un cuerpo tallado a mano como el de Flavio. Sincero, finalizó: "¿Si trato de bajar? Trato de ser feliz. Ahora llego a casa y un whisky con coca me hago, o unas papitas con cheddar. Si quieren me como un pollito con un tomate abierto y orégano, pero es un poco triste".
¡Esa es la actitud!
Federico se tomó "a bien" el comentario de Flavio.
