"Yo hago ravioles... ella hace ravioles. Yo hago puchero... ella hace puchero". La frase cruzó las fronteras del cine y quedó inmortalizada... de acá a la China. La volvió leyenda la inolvidable China Zorrilla en Esperando la carroza, y ahora podrían repetirla, tranquilamente, tanto la China Suárez como su archienemiga Pampita. Cuando una es protagonista, la otra hace algo para llamar la atención. Siempre.
La China y Pampita parecen obsesionadas una con la otra. La fijación no es antojadiza ni casual. Lo modelo era la mujer del galán chileno Benjamín Vicuña cuando lo descubrió con la actriz en el motorhome donde filmaban El Hilo Rojo. Hubo manta de Nepal, palta, "lo peor que puede ver una mujer" y "olor a sexo". No hay que esforzarse mucho para imaginar lo que observó cuando abrió la puerta de la casa rodante.
Al poco tiempo, el trasandino abandonó su casa y un par de meses después blanqueó lo que todos sabíamos: que estaba en pareja con la China. Desde entonces son enemigas declaradas. Muchas veces públicamente pero un montón más desde el silencio o las sombras.
En los últimos meses protagonizaron dos "episodios": cuando uno de los hijos de Pampita y benjamín tuvo si fiesta de graduación, una foto que circuló por las redes sociales crispó los nervios de la China, que enseguida reclamó que fuera dada de baja. Más tarde, el enfrentamiento giró en torno a lineas de muebles que las dos promocionan y que son muy parecidas.
Ahora, al mismo momento en el que Pampita anunciaba con toda la pompa que está embarazada de nuevo (no sólo eso, también hizo explotar un globo negro del que salió una especie de pintura fucsia, la manera que encontró para avisar que tendrá una nena) La China Suárez no dejó que todo el protagonismo se lo llevara la morocha.
¿Qué hizo? Fácil. Subió a su cuenta de Instagram -donde la siguen 4,7 millones de personas- una foto durmiendo con sus tres hijos: Rufina, la hermosa nena que tiene con Nico Cabré, Magnolia, su primera hija con Vicuña, y Amancio, el varoncito que nació en 2020, en plena pandemia.
"Postales de una sieta de domingo" escribió la China. No nombró a nadie ni puso nada polémico. Al contrario. La imagen es tierna, dulce, acogedora y cálida. Pero a nadie le escapa que todos iban a detenerse en el posteo porque la China es noticia por cada cosa que hace.
"Yo hago ravioles, ella hace ravioles". ¿Se acuerdan? Pongan los fideos que están todos sentados a la mesa.