Juana Repetto compartió el proceso que atravesó con Toribio, su hijo, que le tenía pánico al agua y no podía meterse en una pileta, para superarlo. Con miedos que atraviesa desde chiquito, la mamá reflexionó sobre las veces que quiso lograr que nade, sin conseguirlo.
La hija de Nicolás Repetto contó el método que encontró para llegar al objetivo, a través de su cuenta de Instagram. "Por aquí los que me siguen hace rato saben que Toro es bastante mandado y poco temeroso en lo que respecta a lo corporal, es un niño que tiene un muy buen manejo y conciencia acerca de su cuerpo…”, arrancó la mamá.
“Era impensado para nosotros (su familia) que el agua le diera tanto miedo. Les hablo de miedo al nivel de no meter un pie en el primer escalón de una pileta, literalmente”, exteriorizó Juanita.
“Como siempre están la ansiedad y expectativa personal, en este caso se suma que el que sepan nadar es una gran tranquilidad para nosotros a nivel seguridad y ni hablar de la mirada del resto que como siempre es un grano en el culo", se sinceró Repetto.
"Siento que cada vez que flaqueé intentando ayudar a que aprendiera a nadar incitándolo a hacer algo que no quería o para lo que no se sentía listo, exponiéndolo a sentir miedo... solamente logré paralizarlo aún más", explicó Repetto.
Hasta que llegó la gran autocrítica de su comportamiento, por eso Juanita confesó:"La cuestión es que yo (que a veces caigo en todo lo anterior, pues soy humana) le insistía en que se metiera al agua, él me decía muy claramente que le daba miedo y no quería”.
En cuanto a la gran solución descubierta para derrotar el trauma, Juanita describió: “Quería que le perdiera el miedo al agua y decidí proponerle empezar natación en lo de unos amigos y le encantó la idea”.
Para cerrar, la hija de Reina Reich narró los avances de este proyecto: “Tomamos esas clases en las que no lo obligamos a hacer nada que no quisiera o le diera inseguridad, y empezó a divertirle meterse en la pile pero con la profe nomás. Ni a upa mío, ni solo, ni con bracitos ni nada, ¡Pánico!”.
"Siento que cada vez que flaqueé intentando ayudar a que aprendiera a nadar incitándolo a hacer algo que no quería o para lo que no se sentía listo, exponiéndolo a sentir miedo... solamente logre paralizarlo aún más”, reveló.
“Cada vez que intenté intervenir en algún proceso evolutivo de mi hijo, no logré nada. Siempre que confié, acompañé, estuve ahí brindando las herramientas que me pedía, todo llegó", finalizó Juana.