Fue galán y jugador de fútbol al mismo tiempo. Mientras actuaba o filmaba publicidades fue escalando posiciones hasta llegar a la primera de Platense. Nadie lo discutía. Veinticinco años después, Diego Diaz, aquel simpático y querible delantero y actor, es el periodista deportivo más polémico y repudiado del país. ¿Qué pasó en el medio?
Fue un viaje con escalas. Porque los elogios que recibió en un primer momento se fueron transformando en críticas y expresiones de rechazo desde que desembarcó en el TyC Sports, el canal "argentino" más fuerte en materia deportiva. ESPN puede tener más transmisiones, pero su matriz es yanqui.
Tras su desembarco como conductor en las medianoches (compartió ciclo con Ivana Nadal, otra reina de las polémicas), pasó a liderar No Todo Pasa, desde donde pasó a su actual programa, Superfútbol. En esa condición protagonizó el último hecho, quizás el "peor de todos".
Hablando de lo que sucedió en el vestuario de Independiente tras la derrota 1-0 ante Lanús, Díaz no tuvo mejor idea que "imitar" la voz que le quedó Julio César Falcioni, entrenador del Rojo, tras ser operado para extirparle un tumor en una cirugía que le tocó las cuerdas vocales.
Luego de poner un hilo de voz finito, Díaz recibió el repudio ya no de la comunidad futbolera, sino de otros sectores de la sociedad que se fueron enterando de su actitud. Hasta Independiente emitió un comunicado repudiando lo que hizo.
"Creemos grave la banalización de una sensible enfermedad superada por Julio César Falcioni. Esperamos su rectificación y un pronto pedido de disculpas", expresó la entidad de Avellaneda.
Hace unos 10 días, en el bloque que siguió al tratamiento del suicidio del uruguayo Santiago Morro García (se pegó un tiro en la cabeza en su departamento de Mendoza), en Superfútbol discutían sobre la fiesta de cumpleaños que organizó Esteban Andrada, arquero de Boca, poco después de la dolorosa eliminación Xeneize de la Libertadores tras perder 3-0 con el Santos.
"Yo no le voy a pedir que se pegue un tiro en la cabeza" fue la extraña analogía que utilizó Díaz para expresar su pensamiento. En el estudio todos se quedaron helados. Las redes sociales, en cambio, fueron un hervidero. Llovieron las críticas para el muchacho de la pinta interminable pero las declaraciones y los gestos cada vez mas controversiales.
Reconocido simpatizante de San Lorenzo de Almagro (al punto de confesar que le cuesta ver los clásicos con Huracán), Díaz se escudó en su condición "Azulgrana" para mandarse otra de las suyas. Dijo que, como buen cuervo, "odia a Boca", "lo detesta" y no puede desearle "otra cosa que lo peor". Obviamente, los hinchas del cuadro de la Ribera le cayeron en masa.
El primer día que Diego Díaz fue TT por un hecho polémico se dio durante el mundial de Rusia, cuando arrancó su programa -desde Moscú- con la marcha fúnebre "para Sampaoli, Messi, el seleccionado y el fútbol argentino". El combinado albiceleste había sido goleado 3-0 por Croacia y los acordes de la conocida y lúgubre canción fueron acompañados por un minuto de silencio.
Aunque las redes lo rechacen, él no es de dar marcha atrás. Más bien todo lo contrario. Suele redoblar la apuesta o ir, siempre, por más. Fueron, son y probablemente sean "Díaz" polémicos.
