Con el paso de los años, Soledad Pastorutti logró afianzarse sobre el escenario y con el micrófono en mano y su sonrisa contagiosa obtuvo el merecido reconocimiento por parte de sus fanáticos y de sus colegas alrededor de todo el mundo.
A pesar de haber comenzado como una adolescente con grandes sueños, con trabajo, esfuerzo y dedicación, el 2021 la agarró de la mejor manera posible, con un despegue internacional y el deseo de conquistar otros países con su potente voz.
Con una increíble producción de fotos, La Sole mantuvo una profunda entrevista para la edición de marzo de la revista Vogue Latinoamérica, y en sus redes sociales compartió con sus casi un millón de seguidores las postales de aquella jornada.
Además, la cantante abrió su corazón y durante la charla con la reconocida revista habló sobre su presente, la crisis que vivió a los 39 y sus proyectos a futuro. Incluso, se animó a profundizar sobre su muerte: “Quiero que la gente me recuerde como una artista, pero sí que mis seres queridos o los que desciendan sepan que tuvieron a una abuela cantante, que disfrutaba mucho de la vida. Vivo en un pueblo muy pequeño, no más de 7 mil habitantes. El recuerdo en un lugar así pasa por cómo se relaciona uno con la gente, la familia”.
Asimismo, reveló que le gustaría que su vida fuera plasmada en la pantalla chica para tener una conexión más fuerte con sus fanáticos: “Yo sueño realmente con una serie, con mi historia contada al público. Pero, desde lo más profundo".
Pero ahondando un poco más en sus deseos, y en sus ganas de continuar en el mundo musical, Soledad hizo una fuerte autocrítica, revelando que aún la vara continúa muy alta: "Todavía no logré sacar mi mejor disco, ni ofrecer el mejor concierto o lo que quiero lograr con la música de raíz sudamericana hacia Latinoamérica. Todavía estoy en esa búsqueda, aunque cada vez más parada en un lugar un poco más firme".
Por otra parte, La Sole también explicó que para alcanzar la masividad que está buscando, entendió que debe correrse de un solo género musical y abarcar más para poder enviar su mensaje al resto del continente: "A mí no me van a atar nunca. Me parece- incluso- una falta de respeto a las oportunidades que se me dan como artista. Mi sueño es hacerme grande en la escena musical, poder decirle a artistas como Alejandro Sanz, Marc Anthony: ‘Venganse a mi país. Vamos a cantar juntos una zamba, una chacarera, una canción de Horacio Guaraní’. Pero, a veces, para llegar a ese lugar hay que surfear la ola. Si yo hiciera estrictamente folklore no tendría lugar en la radio".
No obstante, su mayor confesión vino de la mano del mal momento que atravesó en sus 39 años, cuando, según sus palabras, vivió una de sus mayores crisis personales: "Cuando intenté mirar demasiado al resto me frustré y no hice las cosas bien. Yo vivo a mi ritmo, no al de los demás. A los 39 no me respondía la voz, todo lo pujante que fui se me apagó en pocos meses. Hice terapia. Descubrí que no me había valorado lo suficiente, era miedo”.
“Estaba convencida de que quería dar un paso más allá, pero no sabía si podía lograrlo. Fue difícil ubicarme en un mapa tan femenino, porque siempre fui una mujer aguerrida. Nadie me frenó. Sentí que para las guerreras de hoy, yo era como una persona que había quedado en otra época, también por el género musical", explicó angustiada Pastorutti.
"A los 39 no me respondía la voz, todo lo pujante que fui se me apagó en pocos meses. Hice terapia. Descubrí que no me había valorado lo suficiente, era miedo”
Pero con el paso del tiempo y el apoyo emocional, logró salir adelante buscando ocupar su lugar en el mundo, y también despojándose de las críticas y la mirada ajena: "Desde chiquita siempre quise caerle bien a todo el mundo, cuando el cantar pasó por lo estético me sentí, en un momento, la pueblerina. La niña del interior que llegó a tener éxito se dio cuenta que había gente que la miraba como un bicho raro. Hasta que un amigo me empezó a ayudar y ahora disfruto de las entregas de premios, del juego; de darme cuenta que no porque un día me ponga un tacón alto y vestido voy a dejar de La Sole”.
Por otra parte, la artista reveló que quiere “llegar algún día a México”, y que además de “admirar su cultura” y buscar progresar a nivel internacional, no quiere que ese anhelo le quite tiempo con su familia, que son su pilar: “Quiero alargo plazo, mantenerme en el tiempo. Seguir haciendo lo que me gusta y disfrutarlo como hoy. Aunque mi felicidad está más allá de lo artístico que, como dice mi amigo Alejandro Lerner: ‘El eco de la gloria queda en un placard’. Me encantaría tener 20 Grammys más, pero no a cambio de que mis hijas no jueguen conmigo".