Amalia Granata se animó a participar del desafío Intragable de Flor de equipo donde no solo respondió, a fin de no comer cosas extrañas, sino que además brindó detalles de una faceta poco conocida hasta hoy. “Tengo mi lado espiritual, mi péndulo al que consulto, antes meditaba mucho, me conecto”, lanzó la diputada.
Pero fue Marcelo Polino, su amigo y compañero de Radio Mitre, quien recordó un extraño episodio que la periodista protagonizó: “cuando me llamaron de la radio para hacer un programa, estaba con Yanina Latorre y se la propuse a los directivos como figura”.
“Le armo la reunión con los directivos en un reconocido restaurante y Amalia abrió la carrera y sacó un péndulo porque rige su carrera por lo que le diga el péndulo, si le conviene o no firmar un contrato", dijo.
"Entonces me llamó el director de la radio y me preguntó ¿vos estás seguro de que la querés a Granata?”, amplió el embajador de Masterchef.
Por su parte, Amalia agregó “el péndulo empezó a girar desenfrenado y fue un éxito. El programa más escuchado de los sábados desde hace 6 años. Aparte, le dije a los directores "esperen". Saqué el péndulo y empezó a girar. El pibe habrá dicho "esta chica es psiquiátrica"”.
Tras contar ese divertido momento que vivió, y de confesar que en su casa hace feng shui, Granata siguió refiriéndose a la importancia que le da a todo ese mundo: “tengo mi lado espiritual, mi péndulo, que lo consulto siempre. Antes meditaba mucho. Me conecto”.
Entre anécdotas y humor con los presentes en el estudio, Amalia interrumpió para comentar, “cuando una persona llega a un estudio ya me doy cuenta de la energía que trae. A veces pasa o explota algo. Eso es un poco energético. Yo además abro registros Akashicos, de la energía”.
"Le dije a los directores de la radio "esperen". Saqué el péndulo y empezó a girar. El pibe habrá dicho "esta chica es psiquiátrica". Tengo mi lado espiritual, consulto. Antes meditaba", explicó la diputada.
Por último, la diputada santafesina trajo a colación aquel episodio donde se le apareció una figura en la bacha del baño, “apareció el árbol de la vida y me lo tatué. Me estaba lavando las manos, salpicó el jabón y se formó con el jabón exacto el árbol de la vida. Está fotografiado eso”.
