Las primeras salidas, los primeros contactos, las primeras experiencias. Mariana Brey comparte con Juana, su hija de dos semanas, un momento que no sólo es importante para la bebé de quince días sino también para ella. Porque si bien la casi recién nacida se está acostumbrado a la vida terrenal, la periodista se está reencontrando con el oficio más importante de su vida: la maternidad.
Con la experiencia debajo del brazo que arrastra de su primer hijo, Luca, hoy de seis años, y con la contención de su pareja, Pablo Melillo, está disfrutando de la nueva etapa de su vida. Y con todas las precauciones pertinentes, la panelista aprovechó un soleado día de otoño para recorrer Puerto Madero y compartir con la peque a orillas del dique.
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Feliz, con la sonrisa difícil de disimular, disfrutaron juntas de una tarde a plena luz del día, como lo hacen también en la intimidad del hogar, en el cuarto de la nena, cada vez que Mariana amamanta a la beba, nacida el 21 de abril, por parto natural, fruto de su relación con el piloto de turismo nacional.
“Poco a poco voy ganando confianza. Esto es una nueva etapa de crecimiento para las dos. La maternidad se aprende con los hijos. Y yo transito todo aquello que aprendí en mi recorrido junto a Luca, que fue mi primer hijo y maestro. El es sabiduría absoluta”, resumió la comunicadora, que aún no tiene fecha de regreso a la actividad laboral, que dependerá de cómo se sienta y de las necesidades de la baby. Claro, hoy las prioridades pasan por otro lado.
La periodista no está apurada por volver a trabajar.
Sus paseos por Puerto Madero son diarios.