Una semana antes de fallecer, cuando su cuadro ya se había tornado muy grave, Sofía Sarkany se dio el último gusto de su vida. Quizás el más grande de todos: pudo conocer a su hijo Felix, tenerlo en brazos, acunarlo, cantarle alguna canción, besar sus cachetes, acariciarlo y sentir la calidez de su piel.
Ese momento inolvidable y único quedó inmortalizado en una foto que eriza la piel y que salió a la luz en las últimas horas. A Sofía se la ve sentada en su cama de una habitación de una clínica de Miami con la hermosa criatura en sus manos. La imagen combina la candidez y la ternura de ese momento con la angustia de saber que eran sus últimos instantes con vida.
Sofía Sarkany tenía 31 años. En 2018 le detectaron un cáncer de útero y desde entonces peleó contra esa enfermedad. Estaba en pareja con Tomie Allende y los dos tenían el deseo de ser padres. Frente al agravamiento de su cuadro, optaron por una subrogación de vientre.
Cuando la salud de Sofía empeoró, no quedó otra que internarla en una clínica de Miami, donde ambos vivían. Ante las malas noticias que llegaban desde allí, sus hermanas viajaron para acompañarla en sus horas más difíciles. En medio de ese panorama nació Felix.
El fin de semana, la salud de Sofía se deterioró de tal forma que Ricky, su papá, pidió una cadena de oración que rezara por ella. En la madrugada de hoy se conoció la noticia de su deceso.
En su círculo íntimo afirmaron que ser madre era uno de sus más grandes deseos, y que cumplirlo le dibujó por lo menos una sonrisa en medio de tanto dolor y tanta tristeza. La foto fue subida por el portal Infobae.