Sin dudas, la vida de Alejandra Pradón (54) tiene todos los ingredientes para ser digna de una serie de Netflix o de Amazon. Partiendo de su infancia, donde su madre abandonó a su padre, a ella y a sus dos hermanas. "A los 4 años mi mamá nos dejó, mi papá trabajaba todo el día y nos puso en un colegio pupilo”, recordó la actriz.
“En cuanto pudo nos sacó del colegio de monjas. Al tiempo de estar en el colegio secundario, me pasé a estudiar a la noche para poder ayudar a mi papá y a los 17 años ya estaba viajando por el mundo. Me vinieron a buscar de Venezuela para bailar en los hoteles Sheraton con ‘Juan Carlos y Las Rumberas’, destaca la actriz de sus comienzos.
Así, su vida dio una gran voltereta, dejando atrás a la niña para darle lugar a la mujer sensual y emprendedora allá por 1984. Y entonces Pradón comenzó una carrera en constante ascenso encabezando obras de teatro junto a Jorge Corona, Antonio Gasalla, el Negro Álvarez o Tristán, entre otros.
Además, hizo televisión con grandes como Lucho Avilés en Indiscreciones, participó en el legendario Peor es nada, El Mundo de Antonio Gasalla y Rompe Portones, Videomatch y muchos más. Fue tapa de importantes revistas y mantuvo amistades y romances hasta con gente de la política.
A pesar de ser una de de las mujeres más lindas y deseadas por la platea masculina, Alejandra no corrió con buena suerte en el amor, ya que la mayoría de sus relaciones eran perjudicadas por los celos que tenían por su carrera. “Me gusta mucho estar en pareja, compartir, pero ningún hombre entendió mi profesión”, reconoció.
En ese entonces, la vedette resaltó “se les hace difícil a todos mi trabajo. Primero te dicen que te apoyan y después quieren que dejes tu carrera. Todos me quisieron cambiar, que cambiara mi vida por ellos y eso jamás lo acepté. No hubiera dejado mi carrera por nadie, ni por un hijo".
Toda en sí ella es atractiva, logrando conquistar a reconocidos hombres del ambiente como Alejandro Fantino, Marcelo Tinelli, Guillermo Coppola y Carlos Saúl Menem, de quien contó “Carlos quería conocerme. Se fue dando naturalmente. Nunca hubiese podido ser Primera Dama, tengo un espíritu muy libre y no hubiese aguantado ese rol".
En 2004 Alejandra protagonizó un terrible episodio cuando, tras discutir con su novio Fabrizio Lallana, cayó de un balcón del séptimo piso donde sufrió fracturas y politraumatismos y fue operada de la cadera. Después de salvarse de milagro y tras una extensa recuperación, volvió de a poco a las tablas.
Víctima de violencia de género, en aquel entonces, lejos de buscar justicia, la Pradón intentaba recuperar su salud, su carrera y su vida. "Peleábamos porque no trabajaba, me volvía loca de celos. Mi cola me salvó. Al tener 7 centímetros de músculos, es lo que me amortiguó”, destacó.
Finalmente, revivió Ale, “realmente estoy viva de milagro. Pasé infinitas transfusiones, casi dos meses en terapia sin poderme operar. Hasta la extremaunción me dieron. Vino un sacerdote porque no creían que iba a sobrevivir. Meses en cama, en silla de ruedas, 7 meses sin poder pararme”.
En medio de la pandemia, y siempre con su dulzura y respeto, mientras tenía gente en su casa arreglando casualmente el balcón, Pradón manifestó a Paparazzi, “estoy cumpliendo los 17 añitos de mi caída. La gente siempre me brinda afecto, me recuerda”.
Finalmente, eternamente bella, Ale reveló: “Salieron cuentas truchas, pero estoy atrás de eso. La mía es @alepradon_cuentaoficial y trato de interiorizarme con las redes para seguir estando cerca del público. Me escriben diciendo que tienen 30, pero que soy el amor de su vida. Hay gente joven que no sabe la carrera de una”.
