Durante varios días, la China Suárez se mantuvo aislada en su casa tras arrojar resultado positivo por coronavirus. Y a pesar de sufrir algunos de los síntomas conocidos por esta enfermedad, le puso el cuerpo y alma a superar el Covid para así poder cuidar de sus tres pequeños, Rufina, Magnolia y Amancio.
Cabe recordar, que la actriz permaneció sola en su hogar, ya que su pareja, Benjamín Vicuña, viajó a principios de marzo hacia Chile, su tierra natal, para emprender algunos proyectos laborales y quedó varado en el país vecino tras el cierre de fronteras.
No obstante, una vez recuperada y con el alta médica encima, Eugenia decidió ponerse al día con los productos que le llegaron de regalo de diversas marcas, y publicó en sus historias de Instagram un agradecimiento especial para los emprendedores que le enviaron vegetales orgánicos para cocinar, a sabiendas de que es vegetariana.
Mientras intentaba compartir con sus más de cuatro millones y medio de seguidores el presente, de fondo se escuchó a su “pequeño terremoto”, como ella apoda a Magnolia, llamarla de una manera muy particular que sorprendió a todos los espectadores 2.0 y causó ternura y hasta gracia.
Y es que sobre el audio de Suárez que intentaba explicar todos los vegetales y frutas que había recibido, además de mostrarse asombrada porque todo estaba empaquetado en bolsas biodegradables, la pequeña le gritaba por encima: “China, China, China”.
A sabiendas de que no iba a poder continuar con su clip hasta que le respondiese, la modelo le contestó con muchísima ternura: “¿Qué, mi amor?”
Cabe recordar, que tanto Magnolia como Amancio ya fueron protagonistas de varias interrupciones hacia su mamá, mientras, por ejemplo, intentaba realizar un tutorial de maquillaje y ellos le reclamaban su completa atención.
Asimismo, sorprendió que la hija de Eugenia y Vicuña no la llamara por “mamá”, aunque en otras oportunidades sí le dijo de esa manera, pero en esta ocasión se mostró contenta por nombrarla como se la conoce popularmente, apodo que la acompaña desde la infancia.
¡Qué ternura!