La vorágine de la información en estos tiempos estimula a comportamientos poco éticos, en busca de la primicia muchos generadores de contenidos periodísticos se hunden en la horrenda práctica de brindar noticias falsas.
En ese raid se construyó una yerro mancomunado, colectivo, de decenas de medios importantes que saltaron a aseverar que Cacho Fontana había muerto a los 89 años. El triste acontecimiento ilustró las portadas de todos los sitios, así como de los canales de televisión, y generó estupor.
Claro que evidentemente nadie tomó en cuenta la noble, y necesaria, tarea de chequear la veracidad de los hechos. En definitiva, el histórico locutor no falleció, ni mucho menos, incluso brindó una entrevista a Radio Mitre, en la que se lo escuchó lúcido y hasta se tomó con humor el rumor.
En el ciclo de Alfredo Leuco, y en compañía de su hijo Diego, contactaron a Cacho, que atendió desde el hospital Fernández, donde quedó internado el fin de semana por un cuadro de neumonía. Enseguida Fontana arrancó con mucha gracia: “Cómo te va Alfredo, ¿te acordas de esa noche en Rosario cuando recibimos un premio los dos? Que lindo, que inolvidable”.
El conductor cordobés rápidamente le consultó si estaba al tanto de los rumores de su muerte y Fontana acudió a una descripción interesante: “Recién me dijo un doctor, le dije si uno desmiente después es peor, lo dan al revés. En este momento estoy saliendo al aire que en dos programas que tienen una inmensa mayoría en la audiencia, para mi esta es mi última vez que hablo, no sé cómo titularlo”.
Visiblemente emocionado, Diego Leuco le comentó: “No entendés la alegría que tenemos, cuando me confirmaron que estabas en comunicación empecé a temblar, escucharte es tan hermoso”. Lo que dio lugar a otra reflexión del maestro: “Muchas gracias por este momento. Un abrazo muy grande para los dos, para el público todo mi cariño”. Y agregó una frase muy graciosa y optimista: “Si me quieren me tienen para rato”.
En ese tono de desdramatizar, Cacho edificó otra concepción impresionante al decir: “Lo peor no, lo peor hay que organizarlo bien. Hay que cerrarlo bien, al contrario les agradezco esta gentileza que tienen de darme el micrófono”.
Para cerrar, Fontana detalló el panorama que ve en el hospital: “Viene la gente acá a limpiar, hay mucha gente vestida de azul, hay una alegría muy particular que contagia a la gente que está”. ¡Vamos Cacho!