De buenas a primeras, Horacio Cabak se transformó en el hombre más buscado del país. Su separación de Verónica Soldato en medio de un escándalo de infidelidades generó volúmenes de audiencia siderales, y despertó un gran interés en la gente.
Los programas multiplican su audiencia cuando tocan el tema, al igual que los portales de internet y las redes sociales -donde es tendencia a toda hora-, generando un fenómeno que no se veía hace mucho tiempo: su crisis afectiva se convirtió en una especie de monotema nacional desde que Angel de Brito dio la primicia el lunes cerca del mediodía.
A través de su cámara viajera, que esta vez llegó hasta la puerta de América de la mano de Alejandro Carra, Paparazzi dio con Cabak a la salida de Polémica en el bar, el programa en el que participa diariamente y al que se reincorporó el lunes tras recuperarse del covid, que hasta lo mantuvo dos semanas internado en un sanatorio.
Allí "habló" de la cuestión. Con las palabras no dijo nada, pero con los gestos sí. Un montón. Habitualmente erguido, de buen humor y tono fuerte, estos días se vio a un Cabak cabizbajo, errático, algo dubitativo al momento de soltar palabra y hasta un poco descuidado en su imagen personal, algo que llamó mucho la atención porque siempre se presentaba "11 puntos".
"Estoy bien, gracias. De mi vida privada no voy a hablar".
Donde sí se mostró seguro y firme fue en su negativa a hablar de lo sucedido. "No voy a hablar de mi vida personal" viene repitiendo como mantra. Lo mismo le dijo a Paparazzi. "Estoy bien, muchachos. Gracias. No voy a hablar de mi vida privada" dijo Cabak.
Se lo veía apurado. Un poco taciturno, pero sin perder amabilidad ni las formas. Saludó, se subió a la camioneta, miró para todos lados y arrancó, rumbo a su actual domicilio. Cuentan que sueña con volver a la casa, pero por ahora está difícil.
Imágenes: Alejandro Carra
