En la cama, tapada con una frazada, cuchareando algún postre y mirando de reojo el celular para ver si habían caído mensajes o si algún tuit le parecía más interesante que lo que salía de la tele. Así, hasta la semana pasada, se imaginaba Guillermina Valdés viendo el regreso de Marcelo Tinelli a las pistas tras un año y medio de ausencia.
Pero no. Angel de Brito dio positivo de covid y su lugar de jurado de La Academia necesitó un reemplazo. Se barajaron mil nombres pero eligieron uno solo: el de ella. Así que a dejar la cama hecha y a guardar el yogur en la heladera para disfrutarlos después de cubrir la ausencia del popular y picante conductor de LAM.
Igual que el certamen, Guillermina debutó anoche. Y lógicamente, su presencia provocó mucho ruido. Era cantado que eso iba a suceder. El primer impacto sucedió apenas ingresó al gigantesco estudio que la productora Laflia estrenó en la zona de Don Torcuato: poco después de bajar la escalera y ser presentada, le pegó un flor de beso a su marido. Como dicen los pibes, "le comió la boca mal".
"Guillermina también es celosa eh... Yo vi su actitud cuando hablaban algunas. Si mirás las caras que ponía ella cuando le hablaban a él se van a dar cuenta que algunas no le caían bien".
En LAM hablaron del tema, por supuesto, como de todo lo que pasa en el programa de Marcelo Tinelli. Entonces destacaron que Guillermina se animó a criticar algunas cuestiones ("Que las conexiones no funcionaban bien", dio como ejemplo Angel de Brito) y también que le dijo algunas cosas a su marido y hasta lo desafío diciéndole que se había puesto "el mono" con el que él tiene algunos reparos.
"Bueno, Marcelo es celoso", contó Angel de Brito. "Sí.... y bueno, es ariano...", remarcó Yanina Latorre para apoyar la moción. Pero enseguida contó que ella no le va en zaga. "Guillermina también es celosa eh... Yo vi su actitud cuando hablaban algunas. Si mirás las caras que ponía ella cuando le hablaban a él se van a dar cuenta que algunas no le caían bien. Además, con ese beso que le dio al principio les marcó la cancha a todas las demás. Les dijo "miren que es mi marido eh", destacó ella.
Guillermina puso caritas con algunas participantes, pero también suspiró cuando Marcelo le pidio al bailarín de Romina Ricci que se quitara la remera y mostrara sus "ravioles" trabajados y marcados. Incluso, ella y Jimena Barón se taparon la cara, seguramente para elogiarlo sin ser vistas.