Tenía que ser una jornada serena, placentera, feliz, dichosa, pero se transformó en una pesadilla. Para La China Suárez y Benjamín Vicuña, el día del padre se volvió una especie de calvario por obra y gracia de las redes sociales. Y no por opiniones ajenas, esa sombra que persigue a los famosos como un fantasma preparado para atacar, sino por decisiones y pasos en falso propios.
La historia es conocida, pero vale la pena repasarla: el galán chileno subió a su cuenta de Instagram un posteo donde se definió como "padre de seis". Un detalle pudo pasar inadvertido para muchos, pero no para su mujer. En las fotos se veían los tres hijos que tiene con Pampita. Y aunque no tiene absolutamente ningún problema con los chicos y eso hay que dejarlo en claro desde el primer momento, sí lo tuvo con la actitud de su muchacho.
Al rato, Vicuña bajó los posteos y ese movimiento provocó un terremoto en el tablero de ajedrez en el que se transformó la relación, la más interesante para todos los medios nacionales. Cada cosa que hacen es observada con microscopio, y debajo de esa lupa una señal de ese tipo tiene forma de elefante arriba de un banquito: se ve a 1.000 kilómetros que es el comienzo de un período difícil, de los que tienen a cada rato.
Se da por hecho que Vicuña eliminó su publicación por un pedido -o directamente "orden"- de la China Suárez, quien ya le ha mostrado sus dientes en otras ocasiones: por ejemplo, cuando aparecieron algunas fotos con Pampita en una fiesta de graduación de uno de los chicos. Para bajar un poco los decibeles de ese escándalo, después vino una foto conjunta y las aclaraciones de que entre ellas "estaba todo bien", pero la realidad es otra, muy diferente.
Pampita ha sido y sigue siendo una figura siempre presente para La China. Cuando ella empezó a salir con el trasandino, él todavía estaba casado con la modelo y transitaba la etapa más borrascosa de la relación, algo de lo que fue testigo cuando la modelo irrumpió en el famoso Motorhome que ella y él usaban para "ensayar" las escenas más fuertes de la película El hilo rojo.
Al pedirle a Vicuña que elimine los posteos, y al cumplirle él ese deseo, La China mandó un fuerte mensaje tanto para la pareja como para el afuera, para los cercanos y para los que simplemente son testigos. La que manda y quien tiene tanto la sarten por el mango como la voz más fuerte y si se quiere imponer lo logra en segundos, es ella. No deben quedar dudas acerca de eso. Ni a los propios ni a los ajenos.