A fines del año pasado, Ailén Bechara atravesó una crisis de pareja, tras cuatro años de relación con Agustín Jiménez, al punto que armó las valijas y se trasladó a su departamento de soltera con su pequeñín Francisco.
No obstante, el amor siguió latiendo fuerte y llegó la reconciliación. Pero eso no fue todo, dado que la modelo y el representante de futbolistas decidieron casarse, en un boda en secreto y fugaz, para sellar a fuego el sentimiento enorme que los une.
En definitiva, la familia regresó a convivir en un exclusivo piso de una mega torre ubicada en un barrio privilegiado de Capital Federal. Un departamento enorme, repleto de lujos y con un sinfín de ambientes para completar la extensión kilométrica.
Ailén abrió las puertas de su hogar para un móvil de Cortá por Lozano y permitió que las cámaras recorrieran todos los recovecos de esa propiedad fastuosa, en el que reina el blanco y los tonos tranquilos.
Con esa charla con Verónica Lozano, Bechara posibilitó tomar una dimensión de las bondades del departamento, así se percibe que se encuentra en un piso altísimo del edificio y que su balcón permite una vista panorámica del Río de la Plata.
En el living aparecen muebles muy modernos, con una lámpara preciosa con dicroicas, así como un sillón extra large, de cuero blanco, con un plasma gigante para retozar y disfrutar de un momento de relax.
Otro de los puntos fuertes se centra en el vestidor, una habitación enteramente destinada a la organización de cientos de pares de zapatos y un incontable acopio de indumentaria elegante, moderna y canchera.