Soledad Aquino transita por días complejos, en los que presenta una pelea por recuperar su estado de salud. La primera esposa de Marcelo Tinelli continúa internada, tras realizarse un trasplante de hígado y mantiene a toda la familia muy movilizada.
En marzo se activaron las alarmas, con ese ingreso a un sanatorio por una hemorragia digestiva, con el paso de las semanas el cuerpo médico llegó a la conclusión de la necesidad de acudir a un reemplazo del órgano. Una situación que se logró a principios de junio, con una intervención quirúrgica de más de seis horas.
En todo este contexto, el conductor de ShowMatch describió las sensaciones que brotan en este presente delicado y compartió: “Es un año muy difícil por la pandemia y por todo lo que hemos vivido y fundamentalmente por todo lo que nos pasa en la familia”.
A pesar del agua que pasó bajo el puente, Marcelo reconoció el valor y el vínculo que lo une con Soledad y contó: “Para mi Sole es una persona muy importante en mi vida. Más allá de no ser más pareja, es la mamá de mis hijas y ese es un vínculo indisoluble, uno no se separa nunca como papá”.
En esa charla con LAM, Tinelli aportó detalles del estado actual de Aquino, con más especificaciones del avance paulatino de la intervención quirúrgica. “El trasplante salió muy bien, hubo compatibilidad con su cuerpo, que eso es lo más importante, pero ha tenido operaciones después. Todavía le cuesta salir y la está luchando”, sostuvo.
El animador ponderó en el semblante, esos rasgos de la personalidad de la mamá de Cande y Mica, y utilizó una concepción muy conmovedora al expresar: “Es una luchadora y guerrera a la que admiro profundamente”.
En esa charla, Marcelo también se animó a relatar un episodio maravilloso que incluye a su mujer Guillermina Valdés. “El otro día Sole estaba en terapia intensiva y Guille maquillándola, a mí se me caían las lágrimas. Esas son cosas hermosas de vivir. Que Paula [Robles] haya ido también, que estén todos mis hijos alrededor de Sole. Estamos todos muy pendientes”, aseveró.
