Laurita Fernández camina por un sendero florido, con la confirmación de su ascendente carrera como animadora de la pantalla chica y con la reconfiguración en el plano personal, sanando las heridas de la ruptura definitiva con Nicolás Cabré.
La bailarina disfruta de la apuesta que llevó a cabo eltrece con El club de las divorciadas, que sigue buscando su formato y prueba nuevas secciones, pero con la felicidad de desenvolverse con solvencia en un rol disímil al habitual.
En lo relacionado con el aspecto de la intimidad, Laurita navega por aguas de emociones por la remodelación de la casa que adquirió en un country en Pilar. Una propiedad que en principio estaba proyectada para construir un hogar con Cabré.
Una casa fabulosa, que se ha exhibido en diversas ocasiones, y que la propia Fernández se encarga de mostrar los avances de la obra y compartir con sus seguidores la felicidad de crear su propio nido, su espacio en el mundo.
En una entrevista con LAM, Laurita confesó que todavía mantiene un contacto con Nicolás, dado que aseguró: "Sí, hablamos de vez en cuando. La mejor, re bien". En busca de pinchar por una posible reconciliación, Ángel de Brito le consultó: "¿Nada de volverse a ver o de ver una peli?". Así Laurita aseveró: "No, no, pero la mejor".
En ese contexto, la excelsa bailarina se sumergió a detallar cómo fue el acuerdo económico que desarrollaron con su exnovio respecto a la casa en el barrio privado. Una duda que quedó instalada, al punto que muchos consideraron que el actor se la había regalado.
Así, Fernández clarificó todo y sostuvo: “En la primera separación dijimos no da seguir con un proyecto tan grande en común juntos, si la relación no está cien por ciento bien. Y arreglamos todo entre nosotros. Por eso le terminé comprando su parte. Por eso cuando decían que me regaló una casa, no chicos, ¡ojalá!”.