Finalmente llegó el día, parece mentira pero como lo había anticipado el aterrizaje al mundo se produjo el 22 de julio. Pampita se acaba de convertir en mamá de su hija Ana Carolina, que nació de parto natural en la clínica Otamendi.
La felicidad desborda a Carolina Ardohain, que transitó con mucha paz todo el proceso una vez en el nosocomio, incluso se sumergió en una pileta especial instalada en su suite para estimular al nacimiento y encontrar un poco de relajación en todo ese estadío.
Una de las grandes incógnitas se develó respecto al nombre, ese hecho tan fundacional para cualquier criatura que marca a fuego toda la existencia. De esa lista pequeña que Roberto García Moritán soltó hace unos días se terminaron de inclinar por Ana.
Todavía no aparecieron imágenes de la beba, solo se pudo conocer de la voz de la madrina que la pequeña presenta ojos achinados muy similares a Pampita y una boca parecida a la de su hijo Bautista. Por eso hay mucha expectación para conocer más detalles.
Claro que toda esa emoción que gira alrededor de este día tan espectacular de Carolina, aunque sea se pudo escuchar su voz, tomar una dimensión de las sensaciones que le recorren el cuerpo en estas horas tan indescriptibles.
Carolina salió en vivo en su ciclo de NET, desde el interior de la sala y habló largo y tendido con mucha paciencia y un tono de mucho cansancio y paz. Respecto a cómo vivió el proceso, Pampita contó: "Fue un parto muy largo, eran las 7 de la mañana y solo había dilatado 4, llevaba muchas horas con contracciones dolorosas. Cuando nació estaba fascinada que al fin había llegado, porque fue muy largo".
"Se habló la posibilidad de cesárea porque no había dilatado. Mágicamente a último momento dilató"
Carolina confesó que en un tramo de todo el trabajo sobrevoló la angustia por la demora, por eso narró: "Se habló la posibilidad de cesárea porque no había dilatado. Mágicamente a último momento dilató. Habíamos estado angustiados unas horas antes porque no pasaba nada".
En otro tramo de la nota, Pampita volvió a ponderar la paciencia del equipo médico para esperar que el parto fuese natural. "Gracias al obstetra fueron muchas horas, él me respetó mi decisión que fuese natural. Estuvo conmigo toda la noche. Me esperaron muchísimo, nunca bajaron los brazos, mantuvieron la esperanza hasta último momento", confesó.
En cuanto al rol de Roberto García Moritán, Carolina develó: "Se portó divino, me hacía masajes, me pasaba cremas, me cuidaba. En un momento se le caía la cabeza del sueño. Lo máximo. Re lindo y re emocionante. Los dos muy emocionados".
