Hace un tiempo, Vanina Escudero armó las valijas y emprendió un cambio radical de vida al mudarse con Waldo Nevia y sus dos hijos a Uruguay. Impulsados por una oferta laboral del humorista y el cierre de la academia de baile que compartía con su hermana Silvina.
Claro que se entiende la necesidad de procurar una estabilidad económica, pero también originó un dolor en la familia, por la lejanía y sobre todo por las restricciones para viajar que arroja la pandemia. Por eso la morocha no ve a sus sobrinos desde hace seis meses.
Todo esto brotó en Silvina, que hace unas semanas, en su visita a la mesa de Mirtha Legrand, abrió su corazón para expresar lo que siente por esta circunstancia: “Vanina cuando me dijo que se iba a Uruguay ‘acá nomás, pasando el charco’. ¡Anda a c..., Vanina!”.
La bailarina regresó al tópico de la bronca por la decisión de su hermana y redobló: “No, no es lo mejor. Es una cagada. Yo pensé que era lo mejor para mi hermana pero que se vaya a la m...”.
Claro que todo parecía motivado por la angustia de la imposibilidad de compartir con sus sobrinos y por la rareza de distanciarse tanto de su hermana, pero todo adquirió otro tinte más profundo. Resulta que Juariu se lanzó a investigar en Instagram y llegó a una conclusión extraña.
La panelista de Bendita descubrió que las bailarinas ya no se siguen en las redes. Un dato no menor, porque representa un síntoma de un conflicto interno. Además, Silvina le quitó el follow a su cuñado Álvaro, aunque el humorista sí continúa ligado en la plataforma a la morocha.