En general las celebridades suelen optar por los barrios privados, alejarse del ruido porteño y conectarse con esa seguridad y el entorno natural. No es el caso de Flavio Mendoza, que reside en la electrizante zona de Palermo, un área con mucho movimiento y que genera atracción.
El coreógrafo abrió las puertas de su casa, que dispone de un lazo peculiar porque anteriormente perteneció al enorme Julio Bocca. Flavio recibió en el interior de su nido a Lizy Tagliani, en el marco de un móvil para el ciclo radial Perros de la calle.
A partir de esa posibilidad que ofreció Mendoza, se logró divisar las comodidades del hogar, con ambientes muy amplios, súper luminosos, que se conectan con ventanales a un jardín precioso, en el que brilla una piscina perfecta.
En cuanto a su elección por ese barrio, Flavio argumentó: “A mí no me gustó nunca la idea de vivir en barrios privados, nunca me gustó salir del teatro y tener que viajar, manejar solo. Cuando la encontré dije ‘Wow, era lo que quería’. Está en pleno centro, tenés un poco de patio y me vino bárbaro porque tengo todo al toque”.
En ese living cómodo, en el que brotan unos sillones mullidos y amplios, también se destacan en las estanterías la enorme gama de premios que recopiló Mendoza a lo largo de su carrera. Así se ven diversas estatuillas de Estrella de Mar, Carlos y Vos.
Una de las particularidades de la casa se centra en un gimnasio maravilloso, al que se accede tras cruzar el parque. Ahí en ese ambiente se instaló diversas máquinas de alta gama, con pesas y sobre todo unos implementos para el boxeo. “No me gusta el boxeo, pero el entrenamiento que te da es integral, buenísimo”, contó.
Y otra de las peculiaridades de este hogar monono se relaciona con un árbol gigante, que tiene como fruto las paltas. Y hay una historia sobre ese detalle, que Flavio describió: “El arquitecto quería tirar un árbol y yo le dije que lo dejara en el medio, porque da unas paltas increíbles, que con al precio al que están, un día me voy a poner en la puerta a vender”.
