En medio de la pandemia y con los cambios que ha traído aparejada a la vida de todos, Gabriel González, más conocido como Rosita de Pasión, no ha sido la excepción. Es que con el aislamiento al actor le llegó la posibilidad de incursionar en el negocio de la criptomoneda y del coaching ontológico.
Enganchado con ese nuevos conocimientos adquiridos, abocado a nuevos proyectos laborales y mientras se baraja la posibilidad de bajarse del ciclo de música tropical de América del cual formó parte durante los últimos 15 años, en diálogo con Paparazzi dio más detalles de sobre sus recientes emprendimientos.
“La decisión de estudiar coaching tiene que ver con que todos los lugares se cerraron y me permitió tener un espacio para hacerlo en la Universidad Zoe, donde empecé a conectarme con la educación inteligente y empecé a entender el mundo de las criptomonedas y las divisas, el mercado de la bolsa y las inversiones”, arrancó Rosita.
Y siguió: “Eso me ayudó a aprender a manejar mis emociones y encontré la Universidad del coaching, donde estoy a 50 días de recibirme de coaching ontológico. Mi especialidad va a ser el coaching político porque tengo un compromiso con la solidaridad muy grande. Pasión de sábado me dio esa parte solidaria”.
"Empecé a conectarme con la educación inteligente y a entender el mundo de las criptomonedas y las divisas, el mercado en bolsa y las inversiones. Y mi especialidad va a ser el coaching político".
“La cuarentena fue fuerte afrontarla porque trabajaba en boliches de todo el país con mis shows. Eso me dio tiempo para estudiar y estoy a punto de recibirme”, amplió Gabriel, quien agradecido reconoció: “Pasión me dejó la vidriera, el haber estado, aunque todavía estoy. Me divierto, es mi recreo y sale mi parte artística. Me dejó una familia con personas que admiro y quiero y voy a extrañar si me toca no estar más”.
“15 años en un mismo programa hace que los lazos sean muy fuertes e importantes”, manifestó quien interpreta personaje de Rosita y amplió: “Honestamente, nunca pienso en dejar nada. Creo en los procesos y que todo tiene un tiempo. Estuve 17 años de mi vida practicando Karate-do, integré el seleccionado argentino, llegué a segundo dan y cuando parecía que me iba a comer el mundo con las artes marciales un día me puse una peluca, cerró”.