Hernán Drago tiene dos hijos. Una mujer, Lola, y un varón, Luka, que ya cumplió 19 años, inició su camino como modelo y lleva en la sangre el deseo de ser futbolista. Es arquero, y cuentan que tendría mucho futuro si se dedicara al deporte a tiempo completo. Pero el joven siente que la situación socio-económica de la Argentina lo perjudica y una decisión que podría tomar en breve tiene angustiado a su papa. Y también a la mamá, Bárbara Cudich, para que negarlo.
En poco tiempo más, Luka podría irse a vivir al exterior, siguiendo el camino que emprenden tantas personas que ven sus horizontes recortados por la explosiva y fatal combinación de inflación, desempleo, pobreza e injusticia social que afecta a la Argentina desde hace años. Y su papá ensayó una especie de desahogo público cuando visitó a Juana Viale en sus almuerzos televisivos.
Allí, Drago, uno de los grandes ganadores de la primera etapa de la cuarentena desde su simpática condición de comodín en el programa de Guido Kaczka, donde forma parte de los juegos, cuenta chistes, promociona su perfume, baila, canta, salta, hace ejercicios, ayuda a los participantes, busca pretendientes por ser el soltero más codiciado del país y hasta se disfraza, mostró el lado b de su vida y admitió que sufre por lo que puede pasar con su pibe.
Primero, Drago se mostró preocupado por la situación que atraviesa el país, agravada por el freno a la economía que impuso la pandemia. “Con una visión tan clara de la cultura del laburo, de la enseñanza, de la justicia, la pregunta desde este termómetro es: ¿Cuánto tiempo se tarda en sanar un país con este círculo vicioso?”, se preguntó el rey de las pasarelas y las campañas gráficas.
Frente a la respuesta que le dio otra de las invitadas a la mesa más famosa del país ("Décadas, como mínimo 20 años", le dijo), Drago se despachó contando la situación que vive con su hijo adolescente. “Yo siendo un tipo optimista, constructivo y positivo, en un momento también siento cansancio y hartazgo. Yo digo que no sé si lo voy a ver cambiar a mi país. Mi hijo se quiere ir afuera, y con todo el amor del mundo, ¿Le voy a dejar a mi hijo décadas decadentes, o mejor le digo andate a Ezeiza?” relato.
Luka, el hijo de Hernán Drago, se quiere ir del país. "Lo veo sufrir así. No está bueno que se quede acá. No me gusta la idea de que se vaya a 2.000 kilómetros, pero le aconsejo que busque en otro lado", dijo él.
Resignado a perder el contacto cara a cara diario con Luka, Drago concluyó que "Lo veo sufrir a mi hijo así. No está bueno que se quede en este país. Tampoco me gusta la idea de que viva a más de 2 mil kilómetros, pero pienso que sería lo mejor para él. Entonces, con todo lo que me dicen los demás y viendo lo que pasa acá, me veo en la obligación de aconsejarle que busque en otro país”.