Estalló en vivo, no pudo contener las emociones que vibraban en su sangre y el punto ebullición explotó en una catarata de revelaciones de la intimidad de su pareja. Rocío Marengo sorprendió en ShowMatch con la confesión de una crisis profunda con su novio Eduardo Fort.
La mediática implosionó en plena pista de La Academia, y entre muchas concepciones, bramó: “Se hace el que me apoya… ¡Estoy harta! ¡Repodrida! ¡Ocho años estuve al lado de él bancándome a la ex que sale a tratarme de prostituta en todos lados!".
Las esquirlas no tardaron en llegar, porque se aguardaba una mayor profundización del conflicto, así se hilvanaron posturas mediáticas de todo el entorno familiar, como la hija del chocolatero que salió a exclamar que Rocío ya no es bienvenida en su núcleo.
Incluso hasta el hijo de Ricardo Fort, Felipe, también se expresó de todo este entuerto y con total vehemencia aseguró que: “Marengo se fue un poco al pasto, no me gusta que hablen así de un familiar al que quiero mucho”.
Y ni hablar de la postura que adoptó el propio Eduardo, quien no suele brindarse a los medios, aunque con la magnitud del revuelo lo estimuló a aportar su verdad. “No me rasqué las bolas en Miami, sino que no paré de trabajar además de darme la vacuna. El amor para mí, en mi pareja, no se mide por ir a un programa de televisión", aseguró.
Como si faltara una voz en este conflicto picante, que adquirió trascendencia pública, apareció la ácida crítica, cargada de una ironía muy filosa de Karina Antoniali, la exesposa de Fort. La misma a quien Rocío signó en varias ocasiones como una persona que la maltrató y que la tildó de “prostituta”.
La ex de Eduardo optó por referirse a todo este lío con una storie de Instagram, en la que escribió: “El tiempo pone a cada uno en su lugar. Cada reina en su trono, cada payaso en su circo”. Más allá de no aclarar que se trataba de Rocío era obvio a qué hacía alusión.