La adrenalina de la competencia puede inducir a chispazos con el adversario, a que broten diferencias entre los concursantes y que las emociones se apoderen del semblante para construir confrontaciones. Sobre todo en un reality como Bake Off, en el que todos pugnan por el premio gordo en cada gala.
En ese hábitat ya tenso por definición, Damián Betular le echó más leña al fuego y avivó con ahínco un cruce muy picante entre Hernán y Emiliano. El chef pinchó a uno y al otro hasta conseguir que afloren las discrepancias e incluso frases intimidantes entre los participantes.
Todo esto sucedió en el episodio del lunes, en el que la consigna se centró en la compleja resolución de realizar pasteles con inspiración en bebidas alcohólicas. Una prueba de difícil ejecución, que abrió las puertas a un clima de nerviosismo entre los concursantes.
Betular visitó la isla de Hernán, el arquitecto que siempre lleva a cabo tareas muy pulcras y organizadas, para consultarle sobre su idea. De entrada, el concursante avisó: “Cada vez que pasa Damián me pone nervioso”. El reconocido cocinero se detuvo en la letra del pastelero y lo chicaneó: “¿Lo escribiste vos? Tenemos letra parecida, pero te faltó una tilde en la u de azúcar”.
Envuelto en un afán de sacar a los participantes, Betular le redobló: “La batidor está acá, no dejés que la toquen. Ponete malo, esta semana tenés que mandar acá”. Visiblemente inquieto, Hernán exclamó: “Encima ya me sacaron una rejilla, son cualquiera”.
Ahí se desató el huracán, porque Emiliano saltó: “Fui yo el que se la sacó”. Enojado, Hernán le tiró munición pesada con una ironía muy hiriente: “¡No! El que perdió el delantal del pastelero de la semana”. Inmediatamente se escuchó un alarido de todos.
Claro que el pastelero reaccionó y bramó: “Tranqui querido, vamos a calmarnos”. Como si toda esa electricidad no fuese suficiente, Betular agitó: “Ves que no hay tanta buena onda, amo que empiece la competencia entre ustedes”. ¿Era necesario?
