La China Suárez atraviesa un periodo álgido de su vida, con las esquirlas que se dispararon tras la separación de Benjamín Vicuña y toda la atención extrema que conlleva semejante ruptura, por el calibre de ambos personajes públicos.
Con este contexto, María Eugenia se encuentra en el foco de la tormenta, cada movimiento se maximiza y se analiza al detalle. De esta manera su viaje a España, donde se presume que habitará los próximos dos meses para filmar una película, también provocó un interés supremo.
De hecho, en tierras ibéricas comenzó a brotar un fortísimo rumor, una versión de un chispazo incandescente de la China con un modelo español, llamado Javier de Miguel. Todo esto emergió a la luz la semana pasada y continúa adquiriendo mayor corporalidad.
En ese sentido se han analizado las pocas pistas digitales que permitió entrever la actriz, porque hasta el momento no hay ninguna foto juntos, ni testimonios de testigos o allegados. No obstante, muchos periodistas aseguran que el romance existe y que el modelo nada en las mieles de un encantamiento con la China.
En el otro lado del océano apareció la voz de Benjamín Vicuña, que charló con la prensa después de semanas de silencio y se animó a relatar sus sensaciones de este periodo triste, de quiebre de un amor de cinco años y dos hijos. Claro que el cronista de LAM aprovechó y le consultó respecto al affaire de Suárez con de Miguel.
En la puerta del edificio donde reside, el chileno arrojó un pensamiento vinculado a esta posibilidad de un nuevo amor para la China y soltó: “Yo soy feliz si ella es feliz y me parece muy bien”. Con esa frase dejó en claro que no interferiría llegado el caso.
Y para desactivar el bombazo que exlotó y que refería a una noche de pasión con Luciana Salazar, Benja exclamó: “¡Dejate de joder! No trascendió nada. Mentira, salió ella desmentirlo, salí yo. Lo que pasa es que los desmentidos nunca se aclaran”.
