En 2003, Claudio Basso se consagró ganador del primer reality de talentos musicales: Operación Triunfo. El joven arrancó su carrera de cantante por la puerta grande, con su primer disco, Te desafío, quedó nominado a los Premios Gardel, y se preparaba para romperla en una gira por México, Madrid y Miami cuando todo cambió.
El destino torció su camino cuando un accidente lo alejó de los escenarios durante mucho tiempo. A pesar de que Claudio siguió cantando, el envión que le había dado el programa conducido por Marley se fue diluyendo y nada fue igual.
Hoy, Basso todavía canta, pero combina su pasión con otros trabajos, la manera que encontró durante la pandemia para salir adelante cuando se cancelaron los shows en vivo y se quemó sus ahorros. Así lo contó en Mitre Live, en diálogo con Juan Etchegoyen.
“Fue bastante complicado, pero más complicado fue en mi casa porque tuve que retomar algunos oficios. Reacomodé mi vida, compuse un montón, pero como estaba mucho tiempo en casa, como le habrá pasado al resto de la gente, estaba todos los días en la ferretería”, recordó.
Claudio se puso las pilas e hizo varias refacciones en su hogar. “Me la pasé buscando tornillos, lijas, pintando, revoqué, levanté paredes, pegué cerámicas, hice la cocina nueva. Hice de todo, estaba desesperado”, relató.
Basso contó cómo hizo frente a la crisis con sus seres queridos: “Fue mucho con ahorros, con ayuda de la familia, al estar encerrados a los únicos que podíamos ver era a ellos; nos ayudamos entre todos. Había ahorros como para tirar un tiempo y nos dimos cuenta de que había cosas que no son tan necesarias para vivir”.
“Económicamente se complicó todo, había mucho miedo de verdad e intenté reinventarme de distintas maneras, siempre apoyado, gracias a Dios, por la familia. Pudimos pasar este trago tan amargo y ahora retomando nuevamente con lo artístico”, cerró el artista, contento de poder volver al ruedo.