Hace tiempo que se instaló una sensación extraña en Radio Mitre en torno a su figura Marcelo Longobardi. El cruce picante con Jorge Lanata pareció que detonó la atmósfera y sacudió las estanterías de la emisora. Esa tensión creció a límites inimaginables.
A pesar que esa rencilla, con declaraciones cruzadas e indirectas picantes mediantes, quedó en el espejo retrovisor. No obstante, Longobardi no se presenta en al aire de su histórico programa desde hace dos semanas. Más allá de las múltiples ocupaciones laborales del periodista, esa ausencia despertó las alarmas.
Así brotaron a la luz rumores muy fuertes, que infieren a una decisión drástica que Marcelo está por ejecutar y que seguramente abrirá las puertas al dolor de sus miles de oyentes. A partir de los datos que surgieron en las últimas horas, el conflicto con Lanata no fue tan crucial para Longobardi, aunque sí otro tipo de factores pesaron en su balanza para terminar su programa.
Desde el entorno del comunicador aseguraron que ya redactó una carta de despedida que desea leer al aire en los próximos días, así como se conoció que las autoridades de la radio no pudieron convencerlo con ningún tipo de aliciente.
Revelaron también algunos conceptos que le transmitió Longobardi a su familia: “Ser líder es algo que procuramos en la vida y es un privilegio lograrlo. Conviví con eso, conozco los privilegios, cada costado positivo. La responsabilidad que implicó y disfruté mucho de estos 21 años”.
Otra de los pensamientos que brotaron de la mente del periodista para asumir este cambio drástico lo describieron algunos allegados: “No puedo enamorarme ni obnubilarme con ser líder 21 años. Me parece que 21 años es suficiente. Uno tiene que saber desprenderse y ponerse un límite. El éxito es maravilloso pero te engaña, es peligroso y si te descuidás te mata. Manejarlo es muy difícil. Creo haberlo hecho de un modo apropiado y responsable. Radio Mitre me entregó su confianza y eso lo valoro muchísimo”.
Una arista que sopesó se vincula con un paradigma que ronda en el mundo, que refiere a la idea de renunciar a la comodidad y reinventarse. Por eso, en la carta Marcelo ya escribió: “El éxito tiene un límite, si no te lo ponés vos te lo pone el otro. Pero te lo pone. Hay que manejarlo con mucho cuidado y uno tiene señales en las curvas a las que hay que prestarle atención. Son cambios dramáticos”.