En menos de un mes desde que Wanda Nara descubrió los chats de alto voltaje entre Mauro Icardi y la China Suárez, pasó de todo en este folletín. Tanto, como para llenar páginas y páginas enteras repletas de engaños, datos, perdones y gestos de todo tipo.
Luego de una primera ida de Wanda furiosa a Milán y amagues de divorcio, la rubia le otorgó su perdón y decidió apostar a la familia, tras la penosa carta de su marido en la que declaraba que tan poco le importaba lo material, que hasta se compraba ropa en la tienda H&M.
Pero la concordia duró unos pocos días, hasta después de los festejos de Halloween, porque a la rubia le llegó un mail anónimo lleno de datos minuciosos del encuentro hot de Mauro y Eugenia Suárez en un hotel parisino.
Entonces, “Me imaginaba tu y yo en París”, como había cantado pícara y nada inocentemente la China en una de sus historias que se viralizaron, se había concretado en la realidad. Ante esa certeza concluyente, la blonda estalló y, una vez más, hizo sus valijas y se mandó a mudar.
Pero, pero, pero…la bronca le duró muy poco, al menos, aparentemente. Porque, a los días, Mauro y Wanda confirmaron que estaban reconciliados una vez más (y van…). En ese momento, las sospechas de que había “algo raro” ahí, empezaron a crecer en el medio y entre sus allegados.
Tanto, que Clarín aseguró que una fuente muy cercana a los Icardi había dicho que esta segunda ruptura había sido armada por la representante para seguir figurando en los medios y para traccionar la entrevista que pronto le dará a Susana Giménez.
Hasta que Ángel de Brito habló en sus redes para aclarar esta duda a uno de sus seguidores. “¿La última separación de Wanda y Mauro fue prensa para la entrevista con Susana Giménez?", le dejaron al periodista en su sección “Ángel responde”.
Y el conductor de LAM, sintético, directo y al pie, dijo lo que piensa de la parejita y de sus formas de manejar este escándalo de dimensiones planetarias: "No, son así".