"Lo dejó de seguir". "Le puso like". "Le mandó privado". "Borró todas las fotos que tenían juntos". "Le puso emoji de fueguito". "No le comenta más las historias". Arrolladoras, las redes sociales revolucionaron la forma de comunicar novedades sentimentales y de las pistas que pueden anticiparlas. Hay que estar atentos a todo: un gesto, por más pequeño que parezca, puede ser la puerta que deje entrar un terremoto o un tembladeral.
El ejemplo más claro es el "Wandagate": hasta que se vean las notas de Alejandro Fantino a la China Suárez y la de Susana Giménez a Wanda Nara, no se habrán escuchado jamás las voces de los protagonistas que se escribieron lo mismo toneladas de cosas sobre el escándalo del año.
Todo arrancó con una "historia" de Wanda en su cuenta de Instagra,: bastó que ella pusiera "otra familia que te cargaste por zorra" para que todo el país hablara de la infidelidad (¿Virtual, real, presencial, a la distancia, verbal, sexual?) de Mauro Icardi con la actriz del hilo rojo. ¿Quién no dijo algo sobre este tremendo y grosero lío de polleras y pantalones?
Pues bien, ahora parece que las redes sociales volvieron "a hablar" y lo que "dijeron" ahora es que algo pasa en el matrimonio de la ex vedette Mariana de Melo y el empresario José Fortunato. Los internautas se alarmaron porque ella "dejó de postear fotos de la pareja" y la pregunta surgió de inmediato: ¿Está en crisis con el hombre de negocios, con el que tiene dos hijas?
El sitio especializado en romances y rupturas chusmeteando1 se hizo eco de la habladuría y respondió de manera contundente "parece que sí". No sólosucedió que la misionera dejó de subir imágenes con su marido. Directamente borró todas las que tenían, otro símbolo inequívoco de que la cosa no viene nada bien. Las alarmas se encendieron por completo.
Figura en un momento de programas humorísticos como No hay dos sin tres, Mariana de Melo se consagró como vedette, modelo, actriz y mediática en los programas y las obras de Gerardo Sofovich y en los realities de Marcelo Tinelli, donde participó con suceso. Alguna vez se ganó el mote de "La llorona" y fue recordado su "romance" virtual con Ronaldinho, en las primeras épocas de chats y relaciones virtuales.
Una navidad, accidente automovilístico la puso entre la vida y la muerte, y luego de superar las "mil operaciones" que debieron practicarle por todo el cuerpo se alejó del ruido mediático, algo que terminó de concretar cuando se casó con Fortunato. Ella tiene 40 y él 45. Esos 5 años no parecen ser, ahora, la única distancia que los separa. Veremos cómo sigue.
