Histórico y pionero en el mundo de la cumbia, el grupo se llama Damas Gratis pero se ve sacudido por un conflicto interno en el que uno de los reclamos más fuertes tiene que ver, curiosamente, con el dinero: Pablo Lescano, fundador del conjunto y su líder desde siempre además de ser una figura indiscutida de la música popular, fue acusado de malos tratos por parte de su hermana Romina, quien salió de la formación y entre muchas otras cosas dio a entender que el cantautor le reclama una deuda de 2 millones de mangos.
Romy y Pablo Lescano son parte esencial de Damas Gratis, uno de los grupos que hizo de la cumbia uno de los ritmos más escuchados, más bailados y más seguidos de la Argentina. Sus éxitos se cuentan de a decenas y sus presentaciones arrastran multitudes en cualquiera de los cuatro puntos cardinales de la Argentina. Pablo, además, es compositor y productor, un ámbito en el que ayudó a forjar la carrera de muchos ídolos de la música.
La gente los adora. Sobre todo a él, pero ella también se ganó un lugar en el corazón del público, que se vio conmovido primero por su posteo "de despedida" y después por el escrito en el que acusó a "Pablito" de una serie de cosas que encuadrarían en el maltrato o la violencia.
En su cuenta de Instagram, Romina primero informó su salida del grupo. "Lamentablemente hoy quedé desvinculada de la banda D$ G$. Gracias a todos mis compañeros por el valor y el respeto que me dieron como mujer y compañera en estos 21 años, me quedó con un buen recuerdo. ¡Los voy a extrañar!", escribió. En un par de horas recibió 17 mil "me gusta".
Pero ese posteo ameno y amigable le dio paso a uno que fue una declaración de guerra contra su hermano. Ya en sus historias, escribió frases que dieron a entender las agresiones que recibía de parte de su familiar directo. ""Hace 23 años aguantándote y porque sos mi hermana", "No te soporto mássss", "No vengas mássss", "Sos un dolor de huevos", "y encima no sabés cantar". "Devolveme los 2 millones que perdiste"", escribió.
Para que no quedaran dudas acerca de lo que estaba denunciando y del mensaje que quería transmitir, Romina Lescano cerró su discurso con un contundente y terminante "Ni una humillación más. No me lo merezco. Hasta acá llegó mi amor". Y se fue con la música a otra parte.