En medio de las esquirlas que siguen disipándose por el escándalo del año, Wanda Nara mantiene en sus redes sociales una normalidad aparente, una postura de una familia feliz, donde el engaño quedó en el pasado y superado.
La infidelidad de Mauro Icardi con la China Suárez parece que no detiene a la blonda, que se empecina en exhibir las beldades de su vida de ensueño en París. Ahora, la influencer se lanzó a llenar de contenidos su Instagram con el festejo del cumpleaños número cinco de su hija menor, Isabella.
Claro que el detalle fundamental en toda esta historia se centra en una foto que se puede perder. Wanda invitó a Antonela Roccuzzo a la celebración y la rosarina asistió, junto a un grupo de esposas de jugadores del PSG. Toda una manifestación pública de una supuesta buena onda.
Se había hablado hasta el hartazgo sobre cómo sería el vínculo entre Nara y Antonela, quien siempre mantuvo un perfil bajo, lejos de las estridencias y el ruido mediático de la hermana de Zaira. En definitiva, Roccuzzo permitió dejar un vestigio con esa postal en la que luce abrazada a la rubia.
Lejos de aparentar una casualidad, Wanda se tomó el trabajo de que esa instantánea tuviera como orden a Anto y a ella en el centro, así como el gesto y los brazos entrelazados por la espalda. Todo se exhibe como un mensaje de: “Somos amigas, nos queremos a pesar de todo lo que se dijo”.
Esta mañana, Nara ya había anticipado algo de este nuevo estadío en el vínculo con Anto. En un móvil accidentado a Flor de equipo, que conducía temporalmente su hermana, la esposa de Icardi se refirió a Roccuzzo: “Hay re contra buena onda, me cayó super bien. La conocí y me pareció una mina increíble. La verdad es que tenemos muy buena relación, una relación de dos madres argentinas en París. Nos intercambiamos información”.