Acorralado por la avalancha de denuncias y acusaciones de todo tipo que cayeron sobre su figura en las últimas semanas, Antonio Laje ensayó una defensa frente a cámaras. Titubeante, demacrado, perdió aquel vozarrón con el que da las noticias y con un tono de voz bastante menos grueso dijo lo suyo entre lágrimas y sollozos. Un puñado de días de después, aquellos que trabajan con él dieron su veredicto. Y el voto fue "no positivo".
La vida de Laje cambió por completo cuando se combinaron dos factores. La inesperada renuncia de María Belén Ludueña a la co conducción de BDA -el programa que hace el periodista en las mañas de América- y un tuit de Angel de Brito luego de que la periodista, pareja del ex intendente de Vicente López y actual ministro de la ciudad de Buenos Aires Jorge Macri, asistiera al programa de Juana Viale.
Ludueña lloró en la mesa con más historia de la televisión argentina y apenas pudo responder con monosílabos cuando la nieta más famosa del país le preguntó si se llevaba bien y cómo fue la despedida con Laje. Ese silencio fue atronador y abrumador. Un día antes, en su última jornada en el ciclo, el periodista interrumpió su despedida, le dijo "te vas a conducir el noticiero" y ella lo cortó en seco con un contundente "Eso no está decidido aún". Quizás por primera vez, la poca onda quedaba a la vista.
El que no se aguantó tanta "cosa por decir" por De Brito, que al terminar el almuerzo decidió sacar lo que tenía "atragantado" y escribió en Twitter "qué lastima que María Belén Ludueña y tantas otras no puedan contar todos los maltratos que recibieron y todos los padecimientos por los que atravesaron trabajando allí", en obvia referencia a Laje.
Pocas horas después, en las redes sociales ya abundaban los testimonios de periodistas, productoras y empleadas que denunciaban a Laje. Para peor, ya no sólo hablaban de cuestiones laborales, de gritos, de insultos, de malas formas o de manejos desmedidos. No, también se referían a cuestiones que tenían que ver directamente con un acoso de tipo sexual, con frases incómodas como "qué linda viniste hoy" o "cómo estás, eh" o el incriminador y tristemente conocido "si no te acostás conmigo...".
Las "voces" se fueron sumando, y Laje, también presionado por su propia familia, no tuvo más remedio que hacerse cargo. Su frase "No es maltrato, es exigencia" se fue multiplicado por las redes sociales. Hoy llegó una contundente y lapidaria respuesta por parte de la redacción de BDA y de América Tv: "No es exigencia, es maltrato" manifestó la gente y prácticamente puso en un callejón sin salida al conductor, mientras las autoridades del canal no se han manifestado aún sobre la crucial situación que tienen sobre el lomo, guardando un llamativo y también criticado silencio.