Tras el revuelo que generó su escandalosa y breve separación de Mauro Icardi por su affaire con la China Suárez, Wanda Nara brindó una entrevista a Susana Giménez a cambio de una cifra millonaria. Si bien habló a corazón abierto de todo lo que pasó con su esposo, sus declaraciones tuvieron sabor a poco.
Será por eso que en su regreso a la Argentina volvieron a preguntarle sobre el polémico tema y, lejos de negarse a volver a hablar de lo ocurrido, y contestó sin problemas.
En una semana agitada y repleta de compromisos laborales, la mediática asistió al Hotel Alvear para realizar las fotos de la revista GENTE por los Personajes del Año y en el backstage fue consultada por su reacción cuando se enteró que el padre de sus hijas, Francesca e Isabella, la engañó con la actriz.
"No sé si es porque soy sagitariana o qué, pero soy un poco chiquilina”, admitió Wanda haciendo referencia al escandaloso mensaje que compartió en Instagram en aquel entonces (“Otra familia que te cargaste por zorra”).
Además, manifestó con total sinceridad: “Tampoco puedo ser la Madre Teresa de Calcuta. Son cosas que pasan y nos pasaron. Lo importante es que todo esto sirva para mejorar lo que tenés o darte cuenta de, si no sos feliz, terminar una situación”.
En ese sentido, agregó: “En este caso se notó que hay mucho amor en mi familia". Luego, contó cómo tomaron sus pequeños esta polémica de la que habló todo el mundo. “Mis hijos viven todo con madurez. Yo les hablo siempre con la verdad porque prefiero que sepan las cosas, quiero que sepan la versión que contamos en casa para que ellos sepan que la verdad la encuentran en casa”, contestó al respecto.
Y continuó reflexiva: “Estoy criando dos nenas que van a ser mujercitas el día de mañana, y tres hombres que me gustaría que de todo esto aprendan, que sepan que el hombre puede equivocarse y puede sufrir. Estas cosas sirven para aprender”.
Para ponerle punto final a todo lo ocurrido con el jugador del PSG, Wanda aseguró que con él se encuentran muy bien y que se siguen eligiendo como pareja: “Lo más importante es mirarse a la cara y volver a elegirse, pero ninguno puede estar sin el otro, y con Mauro estamos todo el tiempo conectados, aunque no esté acá porque está jugando”.